El líder opositor Juan Guaidó se prepara para retornar a Venezuela en las próximas horas en medio de gran expectativa entre quienes apuestan a que luego de su gira internacional retome las movilizaciones para elevar las presiones contra Nicolás Maduro. A pocas horas de su arribo al aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía en un vuelo comercial, decenas de diputados suspendieron la sesión del día en la Asamblea Nacional para bajar a recibirlo. Aunque las fuerzas de seguridad bloquearan el paso de los vehículos, algunos caminaron por la autopista para llegar al aeropuerto.
El regreso al país fue adelantado la víspera por Guaidó, quien expresó en un video que difundió en redes sociales que volvía “con compromisos de nuestros aliados, con acciones y medidas que se irán ejecutando”. El jefe de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, ha asegurado que “no va a pasar nada” cuando vuelva Guaidó, mientras Maduro y otros dirigentes han exigido abrir nuevos procesos contra él. Guaidó inició el 19 de enero un viaje que incluyó visitas a Bogotá, Londres, París, Bruselas, Madrid, Ottawa, Miami y Washington para estrechar relaciones con algunos de los más 50 países que lo han reconocido como jefe de la Asamblea Nacional y presidente interino de Venezuela. Su última aparición ante los medios fue el 5 de febrero, cuando se reunió con Donald Trump en la Casa Blanca. “Nos toca unirnos como nunca para continuar la lucha con movilización popular dentro y fuera de Venezuela”, afirmó llamando a sus seguidores a retomar las acciones en la calle contra Maduro, reducidas en los últimos meses debido a una creciente decepción de los venezolanos con la oposición.
En su discurso, Guaidó resaltó como uno de los logros de su gira que los países aliados están dispuestos a “aumentar la presión hasta el máximo nivel que haga falta”, pero no ofreció detalles. Desde la plaza Bolívar de la barriada capitalina de Chacao, María del Carmen García, una jubilada de 61 años, dijo sentirse esperanzada por el retorno de Guaidó e indicó a la AP que aspiraba a que el político “siga ejerciendo sus funciones para lograr la salida de este gobierno”. Y agregó: “Nosotros sabemos que él solo no va a poder y por eso yo estoy aquí para apoyar a la oposición y seguir presionando desde la calle”. En la estatal Universidad Central de Venezuela algunos de sus estudiantes dicen que sus esperanzas han aumentado desde que Trump recibió a Guaidó y lo mencionó como invitado de honor en su discurso de Estado de la Unión. Sin embargo, se preguntan qué pasará ahora que Guaidó ha concluido su viaje. “Realmente este es un país que necesita más que giras, necesita accionar, necesita respuesta”, declaró Edgar Julio, un estudiante de medicina de 25 años. El Tribunal Supremo de Justicia le prohibió el año pasado salir del país tras un proceso que le inició la Fiscalía General por su supuesta participación en unos hechos violentos. Las autoridades abrieron el año pasado cinco procesos al jefe del Congreso y le retiraron la inmunidad parlamentaria. Pese a la prohibición de salida, Guaidó viajó en febrero del año pasado de manera secreta a la ciudad colombiana de Cúcuta, cercana a la frontera con Venezuela, para participar en un concierto benéfico y promover el ingreso al país de varias toneladas de ayuda humanitaria que fueron bloqueadas por las fuerzas de seguridad. Tras la visita a Colombia, el político emprendió una gira por varios países de la región y retornó en marzo a Caracas. Eric Farnsworth, vicepresidente de la Americas Society, un instituto en Washington dedicado al análisis de la política latinoamericana, estimó que desde el punto de vista de apariencias públicas, Guaidó probablemente excedió las expectativas al obtener una audiencia con el presidente de Estados Unidos, pero advirtió que eso conlleva sus propios riesgos. “De esa manera vuelves a subir las expectativas y cuando uno sube las expectativas pero no cumple, hay un verdadero problema”, comentó Farnsworth. A inicios de año el oficialismo elevó las presiones contra Guaidó y la mayoría opositora de la Asamblea al impedirle, con el apoyo de las fuerzas de seguridad, acceder al Palacio Legislativo, donde solo opera la Constituyente y una directiva paralela del Congreso que se juramentó el 5 de enero. Además, miembros de la policía política tomaron el mes pasado un piso donde había oficinas privadas de Guaidó. Ante las limitaciones para entrar al Palacio Legislativo, durante las últimas cuatro semanas la mayoría opositora de la Asamblea Nacional ha celebrado sus sesiones semanales en diferentes plazas de la capital. Información de AP