Incluso Donald Trump terminó poniéndosela y su uso se ha generalizado en todo el mundo. Pero las autoridades de los países nórdicos (Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia e Islandia), como sus más de 25 millones de habitantes, continúan ignorando la mascarilla para combatir la pandemia de la covid-19. En las calles de Estocolmo, de Copenhague, de Oslo o de Helsinki, y hasta en supermercados, oficinas, autobuses y metros, resulta difícil encontrar a gente con mascarilla. Son una ínfima minoría, a menudo turistas. Lea la historia completa aquí