El paso del plano terrenal a otra dimensión ha constituido, por décadas, tanto opiniones de respaldo como controversia, siendo uno de los choques entre la religión y la comunidad científica. Para la primera, el ser humano entra en una especie de ‘nueva dimensión’ donde, en principio, es juzgado por sus acciones en vida.

La ciencia se mantiene en que todo termina cuando el cuerpo muere sin abrir ninguna puerta a escenarios alternos. Ahí se ubica una ‘delgada línea’ entre la posición de médicos como Thomas Fleischmann quien, con más de treinta años trabajando con pacientes al borde de la muerte, encontró algunos patrones.

Para él, el final de la vida se recopila en cinco fases. La primera consiste en el cierre del dolor. “Toda la ansiedad se ha ido, todo el miedo se ha ido, todos los ruidos se han ido, y solo hay paz, calma y tranquilidad. Algunos reportan alegría”, dijo, según recogió The Star. La segunda etapa se ha escuchado más de una vez y es el supuesto abandono que hace el alma del cuerpo.

Varias personas aseguran haber tenido experiencias cercanas a la muerte (imagen de referencia). | Foto: Getty Images / eyesfoto

El paso posterior es descrito por Fleischmann como una experiencia ‘aterradora’ para muchos, quienes escuchan “ruidos terribles, olores terribles y criaturas terribles”. En un cuarto momento, algunos pueden percibir un estado de tranquilidad con una luz “muy cálida y atractiva” antes de, finalmente, llegar a “un entorno hermoso, con bellos colores y en múltiples casos oyen música y presencian un sentimiento de amor incondicional”.

Mujer fue ‘declarada’ muerta tres minutos

Un caso que recientemente ha tomado predominancia es el de Jade, una mujer de Wisconsin (Estados Unidos), quien aseguró haber sido ‘declarada’ muerte por tres minutos, luego de sufrir un golpe de calor. Aunque aquella experiencia tuvo lugar hace poco más de diez años, nuevamente volvió a tomar protagonismo.

“2011 fue el verano más caluroso que puedo recordar. (...) Súper bochornoso. Estaba visitando a un amigo en ese momento, yo era fumadora en ese momento (...). Mi cabeza se sentía como si se estuviera encogiendo, me invadió un vértigo loco y náuseas (...). Llegué al sofá y mi vista se fue. Tan pronto como me venció ese loco cansancio fue el momento en que supe que me estaba muriendo”, relató.

La mujer afirmó que la declararon muerta por tres minutos (imagen de referencia). | Foto: Getty Images / kieferpix

Para ella no había siquiera un instante para sentir temor, pues el nivel de agotamiento experimentado solo puede comprenderse cuando una persona está despidiéndose del plano terrenal. “Literalmente solo quieres acostarte y dormir para siempre”, continuó antes de precisar que, aunque su alma no había abandonado el cuerpo, sí cree en el ‘más allá‘.

“La vida no termina con la muerte”

“Veo espíritus, hablo con espíritus (...), entonces sé que la vida no termina con la muerte, pero unas horas después de que volví en mí estaba vorazmente hambrienta. Acabé comiendo un montón de bocadillos de máquinas expendedoras y lo que la enfermera pudiera encontrar para traerme”, añadió Jade.

Su experiencia ‘inusual’ no terminó cuando nuevamente despertó, pues meses más tarde sintió algo que llamó “fatiga de muerte” en la cual afirmó tener “sensaciones eléctricas”, demasiado cansancio y hasta convulsiones. Su ‘padecimiento’ recurrente se extendió por más de un año hasta cuando le diagnosticaron epilepsia.

Según New York Post, el episodio ocurrió en noviembre, pero en los últimos meses su protagonista lo volvió a evocar (imagen de referencia). | Foto: Getty Images / ER Productions Limited

Como Jade, un hombre en Australia también aseguró haber sido declarado clínicamente muerto por 28 minutos. En conversación con Geelong Advertiser, Phill Zdybel contó que se desvaneció mientras asistía a un partido de baloncesto, posterior a lo cual tuvieron que hacerle reanimación cardiopulmonar (RCP).

“Soy un hombre milagroso (...). No iba a ir a ninguna parte”, dijo Zdybel. El individuo permaneció al menos tres días inconsciente y atribuyó su nueva oportunidad de vivir a las condiciones físicas que tenía como entrenador de taekwondo.