Miles de migrantes están llegando a Nueva York en busca de un mejor futuro; sin embargo, la enorme cantidad que entra diariamente puede provocar que la ciudad se quede sin recursos para atenderlos de la mejor manera.
Ante esta problemática migratoria, el alcalde de la ciudad, el demócrata Eric Adams, ha tenido que abrir albergues transitorios e incluso usar coliseos de colegios públicos para atender la gran cantidad de personas que arriban a la capital del mundo en busca del sueño americano.
Hablando de la crisis que afronta la ciudad en este tema, en una rueda de prensa, un periodista del medio estadounidense The New York Post le preguntó al alcalde si estaría dispuesto a usar la Gracie Mansion, una casa histórica y elegante ubicada en el Upper East Side de Nueva York, que es patrimonio histórico de la ‘Gran Manzana’, para albergar migrantes.
“Si no va en contra de los protocolos legales, ya que actualmente existen protocolos que no me permiten usar el histórico edificio de la forma que quiera, pero si pudiera, no tendría ningún problema en poner a una familia migrante en Gracie Mansion”, aseguró Adams al periodista.
La histórica propiedad, que fue construida hace 224 años, se encuentra en East 88th Street, y tiene una hermosa vista al East River. Tiene cinco habitaciones en el segundo piso, y la planta baja se usa principalmente para recepciones y eventos organizados por la alcaldía de Nueva York como por particulares que pagan una alta suma de dinero para alquilarla.
Nueva York no da abasto para recibir más migrantes
Ante la gigante ola de llegada de migrantes a Nueva York, las autoridades de la ciudad hicieron un llamado urgente al gobierno federal para que acelere los permisos de trabajo a los solicitantes de asilo, así como más ayudas para hacer frente a un problema que deberían repartirse todas las ciudades del país.
Con el 40% de los hoteles de entre 51 y 200 habitaciones ocupados por solicitantes de asilo, el alcalde de la ciudad ha empezado a enviar inmigrantes a otras localidades del estado de Nueva York para “descomprimir” las infraestructuras de acogida, pese a la oposición de comunidades receptoras. Así, baraja limitar la estancia en los alojamientos a cuatro meses.
Adams también planea utilizar gimnasios de colegios públicos y hasta hangares del Aeropuerto Internacional JFK para alojar a los nuevos llegados.
Solo la semana pasada, llegaron a Nueva York más de 5.800 migrantes y la anterior otros 4.200, según Adams, para quien la “ciudad está pagando por un problema nacional”.
Actualmente, las arcas de la ciudad, que por ley tiene que proporcionar un techo a todo aquel que lo solicite, proporcionan a 42 mil de las 70 mil personas llegadas en el último año un año alojamiento, comida, atención médica o educación. Mayoritariamente, estos llegaron en autobuses desde estados gobernados por republicanos, en particular de Texas.
Según declaró Adams a la cadena MSNBC, la avalancha de inmigrantes, principalmente de Centroamérica y América del Sur, en particular de Venezuela, le ha costado a la ciudad “más de 1.000 millones de dólares” y para este próximo año se “proyecta gastar más de 4.000 millones”.
La ciudad ha recibido 30 millones de dólares de los 350 que ha consagrado la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) por la crisis migratoria.
Mientras no haya una reforma de la ley de migración, que bloquea el Partido Republicano, la solución, según Adams, pasa por la distribución, “coordinada en la frontera”, de los inmigrantes por todo el país y la aceleración de los permisos de trabajo por parte del gobierno federal, que ahora demoran un promedio de 180 días.
“Si les permitiéramos trabajar, reduciría la presión y la responsabilidad de las ciudades”, sostuvo Adams. No obstante, la mayoría de los migrantes realiza trabajos temporales y a menudo mal pagados para poder enviar dinero a las familias que quedaron atrás.
*Con información de AFP.