Nueva York vive una crisis migratoria de grandes proporciones y los ciudadanos mostraron su voz de protesta.
Es por eso que cientos de personas se desplazaron hasta Gracie Mansion, la residencia del alcalde de Nueva York, Eric Adams, para protestar por la gestión de la crisis migratoria en la ciudad estadounidense y pedir una política antimigratoria más contundente.
En la protesta, incluso se dieron enfrentamientos con el movimiento Antifa, quienes apoyan al alcalde Eric Adams y sus medidas y cuyos miembros llegaron al mismo lugar para realizar una contramanifestación.
En medio de esta confrontación, la policía de Nueva York arrestó al candidato republicano a la alcaldía de la ciudad, Curtis Sliwa, quien era uno de los que fomentaba a protestar contra lo hecho por el actual mandatario de la Capital del mundo en el tema migratorio.
Además, causó indignación que dos personas de la tercera edad también fueron puestos bajo custodia de las autoridades, según informan, por desobediencia con los oficiales que les pedían marcharse del lugar.
En los últimos meses, Adams pidió a la Justicia del país que permitiera suspender la obligación de la ciudad al derecho a la vivienda, justificando que su administración “no puede” albergar a todas las personas sin hogar.
El demócrata llegó a pedir a principios de año al presidente estadounidense, Joe Biden, que tomara medidas encaminadas a “abordar este problema de manera real”, mientras que anteriormente advirtió de que Nueva York se podría enfrentar a complicaciones a nivel fiscal y asistencial para ayudar a los migrantes que acudan a la ciudad.
Nueva York es la ciudad de Estados Unidos donde la mayoría de migrantes quiere llegar. Las oportunidades de trabajo que ofrece la ‘capital del mundo’ son las que atraen a miles de personas que buscan un mejor futuro.
Pero, ante la gigante ola de llegada de migrantes a Nueva York, las autoridades de la ciudad hicieron un llamado urgente al gobierno federal para que acelere los permisos de trabajo a los solicitantes de asilo, así como más ayudas para hacer frente a un problema que deberían repartirse todas las ciudades del país.
Con el 40 % de los hoteles de entre 51 y 200 habitaciones ocupados por solicitantes de asilo, el alcalde de la ciudad, el demócrata Eric Adams, ha empezado a enviar inmigrantes a otras localidades del estado de Nueva York para “descomprimir” las infraestructuras de acogida, pese a la oposición de comunidades receptoras. Así, baraja limitar la estancia en los alojamientos a cuatro meses.
Adams también planea utilizar gimnasios de colegios públicos y hasta hangares del aeropuerto internacional JFK para alojar a los nuevos llegados.
Solo en dos semanas han llegados a Nueva York más de 10 mil migrantes, según Adams, para quien la “ciudad está pagando por un problema nacional”.
Las arcas de la ciudad, que por ley tiene que proporcionar un techo a todo aquel que lo solicite, proporcionan a 42 mil de las 70 mil personas llegadas en el último año un año alojamiento, comida, atención médica o educación. Mayoritariamente estos llegaron en autobuses desde estados gobernados por republicanos, en particular de Texas.
Según declaró Adams a la cadena MSNBC, la avalancha de inmigrantes, principalmente de Centroamérica y América del Sur, en particular de Venezuela, le ha costado a la ciudad “más de 1.000 millones de dólares” y para este próximo año se “proyecta gastar más de 4.000 millones”.