Por la crisis migratoria que afronta Estados Unidos, debido a la gran cantidad de ciudadanos que llegan al país de manera irregular, el gobierno de Joe Biden está tomando medidas restrictivas para frenar esta problemática.
El mandatario estadounidense, junto al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, acordaron que restringirán las entradas por la llamada “ruta migratoria norte”, tras un repunte significativo en los últimos meses.
A su vez, se pondrá en marcha un programa de atención a refugiados en Canadá para aliviar la presión existente en la frontera sur que tiene ese país con Estados Unidos.
El nuevo acuerdo busca endurecer las condiciones de tránsito en el complejo recorrido por el que los migrantes, principalmente de Haití, Turquía, Colombia, Chile, Pakistán, Venezuela y México, viajan hasta Nueva York y, desde ahí, entran en Canadá a través del paso de Roxham Road.
Este es un punto de entrada “extraoficial” por el que pueden pedir directamente asilo a las autoridades canadienses, aunque deban esperar en territorio estadounidense.
Esta nueva estrategia busca que la entrada por este lugar no sea tan sencilla para los migrantes, la cual en 2022 fue atravesada por cerca de 40 mil solicitantes de asilo, mostrando un incremento del 60 % comparado con 2021.
Instalados en Canadá, algunos de los migrantes reintentan su entrada en Estados Unidos a través de los bosques colindantes con los estados norteamericanos de New Hampshire, Vermont y New York, en lo que se trata de un trayecto enormemente peligroso por las bajas temperaturas y la dificultad del terreno.
Con esta nueva directriz, Canadá ya tendrá legitimidad para hacer “deportaciones” de personas, pero a cambio se comprometerá al desarrollo de un programa de “refugiados” para 15 mil migrantes que huyen de la violencia, la persecución y la devastación económica en América del Sur y Centroamérica, lo que reducirá la presión en la frontera sur de Estados Unidos, informaron fuentes al medio The New York Times.
El pasado jueves 23 de marzo, Trudeau manifestó el compromiso de su país para “hacer más” en lo que se refiere al tema de la migración después de que las autoridades locales del norte de Estados Unidos alertaran de falta de personal para limitar las llegadas a través de la frontera entre ambos países.
A diferencia de la frontera sur, donde más de 16.000 agentes de la Patrulla Fronteriza están repartidos en 3.200 kilómetros de línea divisoria, entre Estados Unidos y Canadá solo hay 2.000 agentes para controlar la frontera terrestre internacional más larga del mundo, con 8.000 kilómetros.
Al menos 2.000 migrantes cruzaron la frontera de Estados Unidos por Canadá desde el 1 de octubre de 2022 hasta el 28 de febrero de este año, diez veces más que el mismo periodo en 2021-2022.
Según estimaciones de la CBC, a partir de los datos del Servicio de Aduanas y Fronteras de Estados Unidos, a este ritmo, unos 170.000 migrantes podrían acabar interceptados en la frontera al término de 2023. Este es un número que no tiene punto de comparación con los tres millones anuales de la frontera sur, pero a tener en cuenta por el peligro que comporta esta ruta para los migrantes.
*Con información de Europa Press