El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este jueves,19 de octubre, durante un discurso desde el despacho Oval que pedirá al Congreso la aprobación de un paquete de ayuda de emergencia para Ucrania e Israel “que no tendrá precedentes”.
Biden enfatizó que estas ayudas mantendrán a las tropas estadounidenses fuera de los conflictos al mismo tiempo que contribuirán a derrotar “a los terroristas de Hamás” y al “tirano (Vladimir) Putin”, quienes considera que pretenden “acabar con las democracias”.
Sin embargo, el mandatario ha diferenciado entre el Movimiento de Resistencia Islámico (Hamás) y el pueblo palestino, y reiteró su compromiso con alcanzar la paz y una solución de dos estados en conflicto.
De hecho, se mostró “profundamente conmovido” por la muerte de palestinos tras el ataque contra el hospital gazatí de Al Ahli, en el que murieron 471 personas, pero desvinculó al Ejército de Israel de su supuesta responsabilidad en el bombardeo.
“Por difícil que sea, no podemos renunciar a la paz. No podemos renunciar a una solución de dos estados. Israel y los palestinos merecen, por igual, vivir en seguridad, dignidad y paz”, aseguró el mandatario.
En ese sentido, ha explicado que un Oriente Próximo más estable y mejor conectado, con más oportunidades de trabajo y mercados más predecibles beneficia a Estados Unidos.
Por otro lado, insistió en la importancia de seguir ayudando a a los ucranianos para que Rusia “no elimine a Ucrania”.
“Kiev sigue en pie por la ayuda de la coalición liderada por Estados Unidos (...) Sé que tenemos divisiones dentro de casa, pero debemos superarlas. No dejaremos a terroristas como Hamás o tiranos como Putin ganar. Debemos recordar al mundo quiénes somos. No hay nada de fuera de nuestro alcance si nos lo proponemos”, afirmó Biden.
Vinculando la defensa de Israel con la de Ucrania, espera lograr el consenso que hasta ahora le ha faltado en el Congreso para financiar ayuda militar adicional a Kiev.
También es una oportunidad para distinguirse de un Partido Republicano que está patas arriba desde que algunos congresistas republicanos cercanos al expresidente Donald Trump provocaron la destitución del presidente de la cámara baja, sin conseguir, hasta ahora, imponer a uno de los suyos como sucesor.
De modo que la institución está sumida en una crisis, incapaz por el momento de aprobar el más mínimo proyecto de ley.
“No podemos permitir que la política mezquina y partidista y la ira se interpongan en nuestra responsabilidad como gran nación. No podemos ni permitiremos que ganen terroristas como Hamás y tiranos como Putin. Me niego a permitir que eso suceda”, dijo Biden, convencido de que su país sigue siendo el guardián de la libertad.
“Poner todo eso en riesgo, si nos alejamos de Ucrania, si le damos la espalda a Israel, simplemente no vale la pena”, insistió Biden.
Según una fuente cercana a las negociaciones, la Casa Blanca quiere pedir al Congreso 100.000 millones de dólares para Ucrania, Israel, Taiwán y la crisis migratoria en la frontera con México.
Unas horas antes de su discurso, el presidente estadounidense habló con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, quien le dio las gracias por el “apoyo vital” de Estados Unidos.
Los republicanos dudan sobre la conveniencia de aumentar la ayuda militar a Ucrania, pero son los primeros en exigir un apoyo masivo a Israel y más firmeza en materia migratoria y con respecto a China.
Joe Biden, cuyo país ha gastado decenas de miles de millones en Ucrania, debe superar no sólo el hastío de algunos congresistas, sino también el de la opinión pública estadounidense ante una guerra que se alarga.
*Con información de Europa Press y AFP.