El presidente estadounidense, Joe Biden, intenta seducir al electorado blanco, de la tercera edad y obrero que le dio la espalda en las urnas en 2020, en una apenas velada precampaña para la reelección en 2024. A través de un comunicado de prensa de la Casa Blanca y en el diario The New York Times, Biden dejó entrever el presupuesto federal que prevé anunciar el jueves.
Un presupuesto que se convertirá en un impulso para su campaña. Y es que Joe Biden no tiene mayoría en el Congreso, y la oposición republicana, que controla la Cámara de Representantes (baja), combatirá sin piedad sus proyectos.
El líder demócrata de 80 años lo sabe muy bien. Por eso ha arrancado la semana con una promesa política: ampliar el plan de seguro médico público -Medicare- para personas mayores durante “al menos 25 años”, financiando la medida mediante un aumento de los impuestos a los más ricos. El “Medicare” corre el riesgo de quebrar en 2028, según un comunicado de la Casa Blanca.
La ampliación de este seguro de salud, que beneficia a las personas mayores de 65 años y a algunas con discapacidad o con determinadas patologías, se financiará mediante una subida de impuestos. La retención fiscal pasaría de 3,8 % al 5 % para los ingresos que superen los 400.000 dólares al año, según el plan de Biden.
Más de 60 millones de personas tienen el Medicare en Estados Unidos. Es uno de los pocos sistemas públicos de seguro en el país, donde los gastos de salud suelen depender del sector privado. Además del Medicare, el Estado gestiona el llamado Seguro Social (Social Security), que entre otras cosas concede una pensión mínima de vejez, y el “Medicaid”, un sistema de cobertura sanitaria universal para los más pobres.
“Pidamos (a los más ricos) que paguen su parte justa para que los millones de trabajadores que los ayudaron a enriquecerse puedan jubilarse con dignidad”, escribió Biden en el The New York Times.
Millonarios y bomberos
De paso, Biden acusa a los republicanos de querer reducir el alcance del Medicare. “Los republicanos no quieren que los multimillonarios paguen un céntimo más en impuestos, pero no protegerán la merecida cobertura de salud de un bombero jubilado”, asegura. Biden insiste por lo tanto en un mensaje social detallado en su discurso ante el Congreso sobre el estado de la Unión del 7 de febrero, que se interpretó como un lanzamiento informal de una campaña electoral con vistas a las elecciones de 2024.
Oficialmente, hasta ahora, el demócrata solo tiene la “intención” de presentarse a la reelección. Elegido en 2020 gracias al apoyo del electorado afroestadounidense y la población con un nivel de estudios alto, Biden tiene que esmerarse en recuperar los votos de los blancos y de los obreros, especialmente de los de la tercera edad.
Una encuesta reciente conjunta del The Washington Post y la cadena ABC muestra que solo el 31 % de los votantes sin estudios están satisfechos con sus políticas económicas, en comparación con el 50 % de los diplomados.
En 2016 y 2020, alrededor de dos tercios de los votantes blancos y aquellos sin estudios sufragaron por el magnate republicano Donald Trump (2017-2021), quien ya está en campaña para 2024. Biden es consciente de que durante casi 20 años los votantes blancos de edad avanzada votaron por los republicanos y quiere cambiar la tendencia, en parte con sus medidas de apoyo al Medicare.
También, sabe que la oposición republicana no se siente cómoda con el tema. Históricamente hostil al intervencionismo federal y opuesta a cualquier aumento de impuestos, la derecha sabe, sin embargo, que su base electoral es más bien favorable al Medicare.
Donald Trump lo captó. El exmagnate se presenta ahora como un defensor del Seguro Social (un programa del gobierno federal que da asistencia a personas que cumplan con ciertos requisitos) y del Medicare. Y esto le permite criticar a posibles rivales para la nominación republicana de cara a las elecciones de 2024, partidarios de una línea más liberal.
Con información de AFP.