Más de 80 millones de personas están bajo advertencias oficiales o pronósticos de olas de calor excesivo en estados del oeste, sur y sureste de Estados Unidos, azotados en algunos casos por temperaturas récord.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) advirtió el pasado domingo 16 de julio sobre “una ola de calor generalizada y sofocante” en gran parte del oeste hasta el sureste, temperaturas que continuarán hasta la próxima semana y aumentan los riesgos para la salud de millones de habitantes.
“Se esperan temperaturas altas récord generalizadas, así como mínimos cálidos récord en partes del suroeste, a lo largo de la costa occidental del Golfo y en el sur de Florida”, dijo el NWS en un informe divulgado en la jornada.
En la ciudad de Houston, en el sureño estado de Texas, se les pidió a los residentes que ahorraran electricidad entre las 2:00 p.m. y las 10:00 p.m. entre el sábado y el lunes pasado, en un intento por mitigar la alta demanda debido al calor.
De su lado, los habitantes del sur de California (oeste), que vieron los termómetros alcanzar máximos de 41 °C a 43 °C el sábado, se enfrentan a un segundo día de temperaturas sofocantes. Se espera que el termómetro supere los 46 °C en algunas partes de ese estado, así como en los de Nevada y Arizona, de acuerdo al NWS.
El sábado 15 de julio por la tarde, el famoso Valle de la Muerte de California, uno de los lugares más calurosos de la Tierra, había alcanzado una temperatura de unos 51 °C y este domingo en la tarde rondó los 47 °C, con pronósticos de hasta 53 °C. Turistas visitaron ese parque nacional para experimentar un calor que el NWS advirtió sería “potencialmente mortal”, que perdurará hasta el martes por la noche.
También el sábado, la ciudad de Idyllwild, al este de Los Ángeles y a unos 1.645 metros sobre el nivel del mar, superó su récord anterior para alcanzar los 37,7 °C. En Imperial, al este de San Diego (California), se igualó el récord diario de 46,6 °C.
El NWS subrayó que el calor es la principal causa de muerte relacionada con el clima en Estados Unidos e instó a la población a tomar ese riesgo como algo serio. “En total, desde el sur de Florida y la costa del Golfo hasta el suroeste, más de 80 millones de personas permanecen bajo una advertencia de calor excesivo o un aviso de ola de calor a partir de esta mañana”, según el NWS.
Las autoridades han extendido sus advertencias durante días, aconsejando a las personas que eviten las actividades al aire libre durante el día y que permanezcan constantemente hidratadas para evitar fatalidades con tales temperaturas.
Phoenix, capital del estado Arizona, ha registrado 16 días consecutivos por encima de los 42,7 °C. El sábado por la tarde las temperaturas alcanzaron los 47,7 °C y se mantuvieron por encima de 32 °C durante la noche.
La ciudad ha organizado cuerpos de voluntarios para dirigir a los residentes a centros climatizados y para distribuir botellas de agua y sombreros, pero el director del programa, David Hondula, declaró a la cadena ABC que su horario de tareas de tres días a la semana “claramente… no es suficiente”.
Calor atípico
Las olas de calor se están registrando con mayor frecuencia e intensidad en las principales ciudades de Estados Unidos, según la Agencia de Protección Ambiental (EPA). Tuvieron una frecuencia de seis veces por año durante las décadas de 2010 y 2020, en comparación con las dos por año registradas durante la década de 1960.
“Esta ola de calor NO es el calor típico del desierto”, resaltó la oficina de Las Vegas del NWS en su cuenta de Twitter, especificando que “su larga duración, temperaturas diurnas extremas y noches cálidas” eran inusuales.
Canadá, el país vecino, sufre con olas de altas temperaturas combinadas con meses de precipitaciones por debajo del promedio habitual, con lo que la cantidad de tierra quemada por devastadores incendios forestales en lo que va de 2023 subió a un máximo histórico de 10 millones de hectáreas el pasado sábado.
“Nos encontramos este año con cifras peores que las de nuestros escenarios más pesimistas”, declaró a la AFP Yan Boulanger, investigador del Ministerio de Recursos Naturales de Canadá.
Autoridades del condado de Bucks, en el este de Pensilvania, reportaron el domingo cuatro personas muertas y otras tres desaparecidas tras de una tormenta del día anterior, que además provocó inundaciones súbitas que arrastraron vehículos.
El nordeste de Estados Unidos contabilizaba el pasado 10 de julio los daños ocasionados por las fuertes lluvias del domingo que destruyeron infraestructuras, causaron inundaciones y al menos la muerte de una persona en el estado de Nueva York, donde se preparaban para nuevas precipitaciones.
En los estados de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut, Pensilvania, Massachusetts y Vermont todavía había riesgo este lunes por lluvias copiosas que pueden causar inundaciones repentinas con el consiguiente peligro para la vida, alertó el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
Las fuertes lluvias que cayeron en el estado de Nueva York el domingo convirtieron las calles en ríos, destruyeron puentes y causaron daños en carreteras, lo que llevó a la gobernadora Kathy Hochul a declarar el estado de emergencia en dos condados.
Con información de AFP.