Un primo del responsable de la masacre en una escuela de Uvalde, Texas, fue arrestado después de que su familia le dijera a la policía que el joven estaba tratando de comprar un arma y “hacer lo mismo”, según documentos judiciales.
La policía de San Antonio detuvo a Nathan James Cruz, de 17 años, por cargos de amenazar un lugar público y a un familiar. Ayer martes 8 de agosto el joven permaneció detenido en la cárcel del condado Bexar con una fianza de 160.000 dólares, según registros de la cárcel.
De acuerdo con documentos policiales y judiciales, el adolescente es primo de Salvador Ramos, el residente de Uvalde de 18 años que, según las autoridades, mató a tiros a 19 niños y dos maestras en la Escuela Primaria Robb en mayo de 2022. La policía esperó más de una hora para confrontar y matar a Ramos.
Los cargos contra Cruz se derivan de que su madre llamó a la policía para decirles que también estaba amenazando con abrir fuego en una escuela y había dicho que le dispararía a su hermana, según una declaración jurada obtenida por medios locales.
El San Antonio Express-News informó que la madre también les dijo a los oficiales que lo escuchó hablando por teléfono tratando de obtener un rifle. Cuando fue entrevistado por los detectives, Cruz negó haber proferido alguna amenaza, según el expediente judicial. La Oficina del Defensor Público del condado Bexar, que lo representa, se negó a comentar.
Luego de la masacre en Uvalde, el gobernador de Texas, Greg Abbott, rechazó los llamados a endurecer las leyes de tenencia de armas, tal como lo hizo después de los tiroteos masivos en una iglesia de Sutherland Springs en 2017 y un Walmart de El Paso en 2018. El tema no tuvo costo político para el mandatario estatal republicano, quien ganó un tercer mandato fácilmente meses después de la matanza.
Más de un año después de los asesinatos, sigue en curso la investigación penal estatal sobre la vacilante respuesta policial al tiroteo más mortífero en una escuela de Texas.
Este año se han registrado más de 220 tiroteos en el país, según la ONG Archivos de la Violencia Armada. Al cumplirse un año de la masacre de Uvalde, el presidente Joe Biden insistió en que se regule el uso de armas, sobre todo de fusiles tipo militar AR-15, una medida que encuentra resistencia en territorios conservadores.
En marzo de este año, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una nueva orden ejecutiva sobre el control de armas, con la que se pretende endurecer los requisitos de compra y venta, reforzar la colaboración entre diferentes departamentos y mayor seguimiento y sanciones para los infractores.
Esta nueva orden aumentará el número de trámites para comprobar los antecedentes penales de quienes pretenden comprar un arma, así como de aquellos que se dedican a su comercio, informando de quienes hayan infringido la ley. Asimismo propone más y mejores controles para almacenar de forma segura este tipo de arsenal.
Asimismo ordena a las agencias federales a promover y poner en marcha las leyes conocidas como de “bandera roja”, presentes ya en 19 estados, con las que se podría retirar el arma a una persona considerada peligrosa, así como a trabajar para reducir el número de armas que se pierden y acaban en el comercio ilegal.
La Administración Biden ya puso en marcha otras medidas para controlar el acceso a las armas y minimizar los riesgos en las comunidades, creando nuevos delitos federales en relación al tráfico y posesión de este tipo armamento.
Si bien las medidas más radicales, como la prohibición de las armas de asalto y de los cargadores de alta capacidad, los requisitos de verificación de antecedentes para todas las ventas, necesitan el aval del Congreso.
Con información de AP y Europa Press*