Donald Trump se mantiene firme en sus aspiraciones presidenciales, sin embargo, han sido varias las causas judiciales abiertas que lo mantienen como protagonista. Cada indagación la ha descrito como otro capítulo en una “caza de brujas” que busca, según él, obstaculizar el regreso a la Casa Blanca.

Este lunes (14 de agosto) el republicano sufrió otro revés que no le tomó por sorpresa, pues desde hace algunos días ya se venía situando la posibilidad de una nueva inculpación y así fue. La justicia de Georgia lo acusó a él y a otras 18 personas de supuestamente buscar alterar los resultados electorales en ese estado.

El expresidente de EE.UU., Donald Trump, está citado a comparecer este jueves 3 de agosto. | Foto: Reuters /Scott Morgan/Foto de archivo

Las nuevas pesquisas se enmarcan en su derrota y constantes acusaciones, sin pruebas, de que otro mandato le fue arrebatado irregularmente por el demócrata, Joe Biden. En la jornada anterior, el expresidente sumó una cuarta inculpación, aunque se mantiene como uno de los ‘preferidos’ para encabezar la nominación de su partido.

Así las cosas, el expresidente deberá enfrentar en total trece cargos, incluida la violación de la ley de Georgia contra el crimen organizado, presionar para que un funcionario traicione el juramento de su cargo, conspirar para suplantar a un funcionario, para presentar documentos falsos e intentar gestar falsificaciones en una “asociación delictiva”.

Trump, contra las cuerdas

El republicano no tardó en reiterar que el nuevo llamado al ‘paredón’ no era más que la continuidad de una persecución política contra él. “¡Caza de brujas! (...). ¡Me suena a amañada! ¿Por qué no me inculparon hace dos años y medio? Porque querían hacerlo justo en medio de mi campaña política”, dijo en su red Truth Social.

Así las cosas la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis, dio a los acusados máximo hasta el 25 de agosto “para entregarse voluntariamente” a la justicia de Georgia. Las imputaciones se hicieron en el marco de una ley vigente en ese estado sobre la delincuencia en banda organizada y que, generalmente, rige contra las pandillas con sentencias entre los 5 y 20 años de cárcel.

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“Trump y los otros acusados se negaron a aceptar que perdió, se unieron a sabiendas y de forma voluntaria a una conspiración para cambiar ilegalmente el resultado de las elecciones”, dice la acusación. “Esa conspiración contenía un plan y propósito común para cometer dos o más actos de actividad de chantaje en el condado de Fulton, en otros lugares de Georgia y otros estados”.

Claves de la investigación

De acuerdo con la fiscal Willis, Georgia tiene normativas que facilitan la apelación de resultados por vía legal, pero señaló a los 18 involucrados de no haber recurrido a ese camino sino intentado alterar la derrota del expresidente. Según ella, con ese fin, se desarrolló toda una ‘trama’ irregular.

“La acusación formal alega que, en lugar de acatar el proceso legal de Georgia para impugnaciones electorales, los acusados se involucraron en una empresa de crimen organizado para anular el resultado de la elección presidencial”, afirmó Willis.

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En la inculpación se agrega que tanto el exmandatario como sus colaboradores supuestamente “se dedicaban a diversas actividades delictivas relacionadas entre sí tales como tratar de sobornar a testigos, robo informático, allanamiento informático, invasión informática de la intimidad, conspiración para defraudar al Estado y actos vinculados con el robo y perjurio”.

La nueva causa que mantiene a Trump contra las cuerdas se derivó de una llamada telefónica en enero de 2021, en la cual él habría pedido a un funcionario local, Brad Raffensperger, que “encontrara” aproximadamente 12.000 papeletas a su nombre que aseguraba le faltaban para ganar los 16 electores de Georgia.

*Con información de AFP y Europa Press.