Donald Trump sigue acaparando la atención internacional no solo por su nuevo intento de regresar a la presidencia, sino las múltiples investigaciones que podrían ser una ‘piedra en el zapato’ para tal aspiración. Sin embargo, a la fecha se ubica como uno de los ‘favoritos’ para los comicios generales.
Su juicio civil y de dos de sus hijos, acusados de inflar durante años el valor de sus activos inmobiliarios, se abrió este lunes (2 de octubre) en Nueva York, poniendo a límite su imperio económico y dando paso a un maratón judicial, mientras el país ya sitúa los escenarios electorales.
El exmandatario dijo este domingo que tenía previsto comparecer al comienzo del juicio: “Voy a la corte mañana en la mañana para luchar por mi nombre y mi reputación”, escribió en su plataforma Truth Social. “Todo este caso es una farsa!!!”, añadió.
El expresidente, de 77 años, y sus abogados sugirieron que podría acudir como mínimo a los dos primeros días de juicio en la Corte Suprema de la ‘Gran Manzana‘.
También arremetió contra la fiscal general, Letitia James, a quien señaló de hacer “campaña con (el eslogan) ‘atrapar a Trump’ y contra un juez que odia a Trump, que es injusto, desquiciado y vicioso en su persecución contra mí”, dijo en su red.
Aunque no puede ser condenado a prisión por esta acusación, este juicio será el inicio de una serie de casos legales que llegan de forma simultánea a su campaña por la nominación republicana.
Una de las causas pendientes
Está programado que comparezca ante un tribunal federal de Washington el 4 de marzo para responder las acusaciones de haber intentado revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020, en las cuales venció Joe Biden.
Posteriormente, el político regresará a un banquillo en Nueva York por fraude contable, y después en Florida está citado por su administración de documentos confidenciales tras dejar la presidencia. Se trata de archivos que habría llevado a su residencia en Mar-a-Lago.
El juicio que comienza este lunes está cargado de una importancia significativa desde la semana pasada cuando el juez Arthur Engoron aseveró que se había demostrado la existencia de “fraude continuado.
También aludió a la Fiscalía general del Estado de Nueva York y la ‘demostración’ de que Donald Trump y los directivos de su grupo habían “sobrevalorado” su patrimonio entre 812 millones y 2.200 millones de dólares de 2014 y 2021.
¿Se avecina un “duro golpe” para Trump?
Así las cosas, el juez ordenó la revocación de los permisos comerciales en el estado de Nueva York del republicano y de dos de sus hijos, Eric y Donald Trump Jr, así como la confiscación de las compañías centro de la demanda que se confiarán a liquidadores.
De aplicarse, estas medidas representarían “un duro golpe para la capacidad de Donald Trump de hacer negocios en el estado de Nueva York”, según Will Thomas, profesor de derecho mercantil en la Universidad de Michigan.
El exjefe de Estado, quien amasó su fortuna en el sector inmobiliario y los casinos en la década de los ochenta y prometió dirigir Estados Unidos como sus empresas, perdería el control de varios de los edificios emblemáticos de su grupo, como la Trump Tower, en la 5ª Avenida de Manhattan.
Estas propiedades están en el centro de las acusaciones de la fiscal Letitia James: la superficie del apartamento del empresario en la Torre Trump supuestamente se triplicó y el edificio del número 40 de Wall Street se sobrevaloró entre 200 y 300 millones de dólares en los estados financieros.
La fiscal también solicita el reconocimiento de otras infracciones a la legislación financiera y una sanción de 250 millones de dólares. En la plataforma Truth Social, el exmandatario se ha mantenido en que los bancos prestamistas han sido reembolsados “en su totalidad, con intereses, sin impagos y sin víctimas”.
*Con información de AFP.