Un delicado accidente se presentó en las últimas horas en la localidad de Wyndmere, en el estado de Dakota del Norte, Estados Unidos, cuando un tren de Canadian Pacific, un ferrocarril transcontinental entre Canadá y EE. UU., se descarriló con algunos materiales peligrosos.
Se trató de un accidente que involucró 31 vagones de un tren que transportaba 70 vagones con petróleo utilizado para pavimentar, mientras que las autoridades aseguran que no hay peligro para las personas.
Según ABC News, hasta el momento no se han reportado incendios asociados con el accidente que ocurrió en un área rural que alberga cientos de personas a unas 60 millas de Fargo; el accidente habría ocurrido a eso de las 11:15 p. m. de ayer domingo, 26 de marzo.
Por su parte, Canadian Pacific dice que sus expertos en materiales peligrosos están en el lugar junto con las autoridades locales para evaluar la situación, mientras que se estima que puede tomar entre siete y diez días limpiar los estragos.
“No se han reportado heridos. No hay fuego. No hay vías fluviales cercanas y no hay evacuaciones. No hay amenaza para la seguridad pública”, aseguró el vicepresidente de comunicaciones de Canadian Pacific, Patrick Waldron.
“La seguridad de las tripulaciones, los socorristas y el público sigue siendo nuestra máxima prioridad. Nuestros expertos en materiales peligrosos continúan con una evaluación completa del incidente en coordinación con los socorristas locales”, agregó el alto directivo.
Cabe recordar que los reguladores federales y los miembros del Congreso han propuesto reformas de mejora a los ferrocarriles para evitar futuros descarrilamientos. No quedó claro de inmediato qué causó el descarrilamiento o exactamente cuánto asfalto líquido se derramó.
Más accidentes ferroviarios en Estados Unidos
El pasado 3 de febrero, un tren de mercancías con sustancias químicas peligrosas se descarriló en Ohio, lo que obligó a la evacuación temporal de la localidad de East Palestine, cuyos ciudadanos exigen una investigación completa de lo ocurrido antes de reanudar su vida normal.
El mes pasado, un total de 38 de estos vagones acabaron saliéndose de la vía en Ohio, de los cuales al menos once contenían acrilato de butilo y, sobre todo, gas de cloruro de vinilo, empleado para la fabricación de plásticos y potencialmente cancerígeno.
En ese momento, Norfolk Southern tomó la decisión de efectuar una “expulsión controlada” del gas y del resto de los productos químicos que contenían los otros nueve vagones; un procedimiento que, según el gobernador del estado de Pensilvania, Josh Shapiro, fue llevado a cabo “tal y como estaba planeado” y sin mayor trascendencia para la población.
Finalmente el estado de Ohio denunció a la compañía Norfolk Southern, la operadora del tren con sustancias tóxicas descarrilado en febrero, según el Fiscal General de Ohio, Dave Yost.
De acuerdo con la denuncia federal, detallada por Yost, la compañía habría incumplido numerosas leyes del estado y violó la Ley Integral de Respuesta Ambiental, Compensación y Responsabilidad.
“Este descarrilamiento era completamente evitable”, ha explicado en rueda de prensa este martes, en declaraciones recogidas por la CNN, “y me preocupa que Norfolk Southern esté poniendo los beneficios de su compañía por encima de la salud y la seguridad de las ciudades y comunidades en las que operan”.
Cabe recordar que algunos empleados de la compañía, bajo condición de anonimato, revelaron esta semana a la cadena CBS que el vehículo había experimentado fallos mecánicos dos días antes del descarrilamiento y que transportaba una carga a todas luces exagerada: 151 vagones, entre ellos una veintena con elementos nocivos, para un peso total de unas 18.000 toneladas.
Hasta el momento, la Junta Nacional para la Seguridad del Transporte de EE. UU. ha constatado “indicios preliminares de problemas mecánicos en uno de los ejes”, a la espera de recabar más información.
*Con información de Europa Press.