La región californiana del Silicon Valley, una de las comunidades más prestigiosas a nivel mundial que reúne a decenas de empresas multimillonarias dedicadas a la vanguardia y avances tecnológicos estaría siendo la sede intelectual de varios inversionistas que pretenden crear una ciudad desde cero, lo cual ha originado varias teorías especulativas.
Según The New York Times todo habría comenzado en 2017 con Michael Moritz, considerado uno de los más destacados inversionistas de capital de riesgo, quien se puso en contacto con otros individuos para lograr su cometido de construir una ciudad nueva en el estado de California.
La idea de Moritz estaba enfocada en que la nueva urbe se ubicara cerca a la Bahía de San Francisco debido a lo barato de los terrenos, en donde, por medio de capital inyectado de él y los demás inversionistas se pueda alzar una ciudad que generara miles de empleos con la característica de que fuera tan peatonal como lo es actualmente París.
¿El proyecto ha avanzado?
De acuerdo con el medio citado, una empresa, Flannery Associates, ha sido la encargada de comprar gran cantidad de terrenos en una zona caracterizada por el potencial agrícola que tiene a poco menos de 100 kilómetros de San Francisco y en donde se han destinado más de 800 millones de dólares para su obtención.
Debido a que los terrenos que se han adquirido, uno tras de otro, se han obtenido estén o no en venta, la prensa regional y nacional se ha inquietado por la fijación que la empresa compradora de tierras ha tenido sobre esa área en específico, originando así varias teorías que van desde pensar que se construirá un parque temático o que la compra tiene algo que ver con China, en medio de la tensa diplomacia entre Washington y Pekín.
No obstante, desde el 2017 la propuesta ha sido solo una: convertir el terreno en una comunidad con una población controlada (numéricamente), basada en energías limpias, dinamismo urbano y que cuente con transporte público eficiente.
A través de un comunicado del grupo inversionista, Brian Brokaw, un representante designado, aseveró que el grupo inversor lo componen “californianos que creen que los mejores tiempos del condado de Solano y de California están por venir”. Asimismo, Brokaw enfatizó que la idea de trabajar con los pobladores de Solano sería una realidad para un desarrollo social adecuado del proyecto.
Temor en la sociedad californiana
Luego de que la empresa comenzara a comprar terrenos de manera tan acelerada, los pobladores comenzaron a temer por sus tierras y por las pretensiones que habrían detrás de estas adquisiciones tan misteriosas. No obstante, desde las alcaldías comenzaron a divulgar información del proyecto para que el miedo que estaba inmerso en las calles no pasara a mayores.
Los terrenos que la compañía ha adquirido no se encuentran zonificados para uso residencial, lo que sería un problema de entrada para los inversionistas cuyo propósito es que miles de personas vivan allí y le den vida a la ciudad en medio de las vastas zonas áridas de California, por lo que el grupo de empresarios deberán usar el sistema de iniciativa estatal con el fin de que los pobladores actuales voten al respecto para declarar la zona como residencial.
Desde la semana pasada, medios locales han aseverado que los residentes del Condado de Solano han comenzado recibir correos y textos con una encuesta en donde se les ha preguntado qué nombre preferirían para la futura ciudad o si les interesaría aportar en un proyecto que “incluiría una ciudad nueva con decenas de miles de nuevas viviendas, una enorme granja de energía solar, huertos con más de un millón de árboles nuevos y más de 4000 hectáreas de espacios abiertos y parques nuevos”.
Por otro lado, el proyecto cuenta con varios contras como que la zona es propensa a verse afectada por incendios forestales, además de que actualmente la infraestructura que se tiene por parte de los residentes es muy precaria para el ambicioso proyecto. Asimismo, las pocas vías de acceso y las sequías son otros factores a considerar.