La unidad que Estados Unidos e Israel han mantenido por más de siete décadas la ha convertido en una de las relaciones diplomáticas más fuertes y consolidadas durante los siglos XX y XXI. La política exterior de Washington en Oriente Medio ha tenido un lugar muy privilegiado para Israel ya que el Estado hebreo es el mejor aliado que la unión norteamericana tiene en ese territorio.
A pesar de que el actual mandatario estadounidense, Joe Biden, no ha mostrado de forma tan enérgica como el expresidente, Donald Trump, su afinidad con Israel, entiende que es uno de los aliados más importantes alrededor del mundo por lo que recibió al presidente de Israel, Isaac Herzog.
Biden y Herzog en la Casa Blanca
“Sabes que mi amor por Israel está muy arraigado y es duradero”, le dijo Biden a su homólogo israelí comenzando así el encuentro diplomático que tuvieron en la Casa Blanca.
No obstante, Biden se ha mostrado preocupado por la probable reforma a la Justicia israelí que está ad portas de aprobarse, que le aporta un significativa ventaja a la ampliación de los asentamientos judíos en Cisjordania, un área que la comunidad internacional considera ocupada por Israel y la que sería parte de un futuro Estado Palestino.
“Es un debate acalorado, pero también es una virtud y un tributo a la grandeza de la democracia israelí”, expresó Biden quien precisó seguidamente: “Permítanme reiterar, claro —claro como el agua— que la democracia israelí es sólida, fuerte y resistente”.
Un momento incómodo para el mandatario estadounidense
Aunque Biden y Herzog terminaron su reunión de manera cordial, a pesar de las diferencias que separan a ambas administraciones, el presidente norteamericano experimentó un momento en donde se enredó al leer las conclusiones a las que había llegado con su homólogo israelí.
El lapsus que tuvo Biden al hablar duró poco más de ocho segundos en donde se notó la preocupación, y a la vez la ansiedad mediática, de parte del presidente israelí.
Netanyahu y Biden: una moderada relación
Benjamín Netanyahu es uno de los políticos israelíes que más ha estado vinculado en la redacción y defensa de la reforma judicial que aún no ha sido aceptada por el parlamento israelí y que ha causado decenas de manifestaciones en las ciudades hebreas rechazando la propuesta de la reforma.
Desde que Biden asumió como presidente de Estados Unidos, las relaciones con Israel han permanecido moderadas comparadas con la amistad que Trump y Netanyahu tuvieron entre 2016 y 2020.
A pesar de que Biden no se ha mostrado optimista con la reforma judicial que presentó el primer ministro israelí, tampoco ha anunciado ayudas de peso hacia la comunidad palestina, que es la contraparte del conflicto árabe-israelí que divide a la población hebrea y árabe desde 1948.
Netanyahu, perteneciendo al partido Likud, una asociación política de derecha en Israel, es la cara radical a la solución pacífica del conflicto entre israelíes y palestinos. A pesar de esto, mostró avances cuando fue primer ministro en la segunda mitad de la década de los 90 dando pasos cortos para la puesta en marcha de los Acuerdos de Oslo firmados entre el gobierno israelí, de la mano de Isaac Rabin, y por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) por Yasser Arafat en 1993.
Aunque es difícil que las relaciones entre Estados Unidos e Israel logren pasar por un mal momento en el futuro, la historia ha afirmado que durante el periodo Biden la amistad entre ambas naciones se encuentra ‘estancada’ ya que con las administraciones de Clinton, Bush, Obama y Trump los gobiernos de Washington y Jerusalén gozaban de más comunicación.