Consternación ha despertado la noticia del fallecimiento de una reconocida bloguera e influencer estadounidense conocida como Heather Armstrong, quien se había hecho célebre años atrás por sus consejos de maternidad, y por generar contenido a través de sus redes sociales referido al ‘reto de ser mamá’, y las tareas que ello conlleva.

Además de sus contenidos referentes a la maternidad, Armstrong también se había hecho conocida debido a que había hecho, recientemente, explícitas sus luchas contra enfermedades mentales como la depresión, señalando que también había incurrido en el alcoholismo.

La noticia de la muerte de la mujer, se dio a conocer a través de un hombre identificado como Pete Ashdown, novio de la influencer, quien dio a conocer a través de sus redes sociales que la mujer, de 47 años, había sido encontrada muerta al interior de su residencia ubicada en Salt Lake City, dejando huérfanos no solo a sus dos hijos, sino también a un importante número de seguidores y seguidoras que se habían hecho fans de sus consejos para afrontar de la mejor forma posible el reto de la educación de los niños.

Según detallan medios internacionales, la mujer, una de las más reconocidas influenciadoras en temas de maternidad, había saltado a la fama de la mano su exesposo, Jon Armstrong, en el año 2001, con la fundación de un portal web conocido como Dooce, que marcó su exitosa carrera como bloguera.

La mujer, que había alcanzado éxito a través de las plataformas web, también había incurrido en el mundo de la literatura, compartiendo su experiencia a través de la publicación de libros de orientación para padres, en los que además contó sus problemas personales y los retos para la salud mental que le había acarreado la decisión de ser mamá.

Armstrong era reconocida por sus consejos de maternidad y sus comentarios ácidos sobre la vida. | Foto: Getty Images

Dentro de la producción literaria de la mujer se destaca la publicación del libro ‘It Sucked and then I Cried: How I Had a Baby, a Breakdown and a Much Needed Margarita’, publicado en 2009; año en el que la revista Forbes también la reconoció como una de las mujeres más influyentes de los medios de comunicación, abriéndole las puertas a múltiples escenarios de entrevistas masivamente conocidos.

Según destacan medios internacionales, en la historia de la ahora fallecida influencer, también se destaca su separación en 2012, años en el que decidió rehacer su vida al lado del entonces candidato al Congreso de su país; Pete Ashdown, precisamente el hombre que informó sobre su muerte.

Pete Ashdown y Armstrong vivían juntos desde hace seis años, según refieren medios de farándula de Estados Unidos, en compañía de los hijos del hombre, dos jóvenes en edad adolescente.

¿De qué murió la influencer?

Según lo reportado por la pareja de la bloguera e influencer, la muerte de la mujer se derivó de un caso de suicidio, sin entregar mayores detalles de los métodos empleados por la mujer para quitarse la vida.

De igual modo, el hombre había exaltado que la mujer había avanzado en su tratamiento para alejarse del alcohol, advirtiendo que lamentablemente en los últimos meses había reportado recaídas, tras cerca de 18 meses sin beber.

Medios locales en Estados Unidos destacaron a la mujer por haber sido una de las que se atrevió a hablar sin tapujos de la maternidad, dejando de lado muchas veces la ‘pose romántica’, y hablando de frente sobre los retos del embarazo, la lactancia, y el cuidado de los hijos; situaciones que si bien muchas veces son reconocidas por las mujeres, son pocas las que se atreven a admitirlo y denunciarlo.

La mujer no se había restringido a hablar de la maternidad como algo del proceso previo al nacimiento de los hijos, y de los primeros años de estos, sino también a los retos que se derivan de su crecimiento, y la forma en la que los padres de familia deben afrontar también los problemas que comienzan a sufrir los niños, adolescentes, e incluso adultos, y la forma como los mayores les acompañan.

Si bien la mujer había alcanzado un importante número de seguidores debido a sus blogs directos, muchos de estos también derivaron en que ella se convirtió en foco de las críticas por parte de personas que, desde una visión más romántica, le atacaban e incluso llegaron a acusarla de cometer errores en medio de su trabajo como madre.

En los últimos años, la mujer, que se reconoció a veces incomprendida, había expresado con felicidad sus logros en materia de la lucha contra la bebida, advirtiendo que si bien muchos la criticaban, para ella era satisfactorio poder ir viendo pequeños logros en una ‘lucha’ que solo le competía a ella, y reconociendo el dolor que le conllevaba esa pugna consigo misma. .

“La sobriedad no era un misterio que tuviera que resolver. Era simplemente mirar todas mis heridas y aprender a vivir con ellas”, advirtió en 2021 la mujer a través de sus redes sociales en una publicación traída a colación por medios locales en Estados Unidos a propósito de su muerte.

Se calcula que la mujer, en los mejores tiempos de su plataforma web, llegó a recibir hasta 8 millones de internautas al mes, lo que le permitió monetizar de importante manera su presencia en el internet, un hecho que ella reconocía como positivo, más aún porque en algún momento, alguno de sus blogs, en los que osó a hablar de sus jefes y sus “deseos de estrangular”, llevaron a que ella perdiera su empleo formal.

En sus mejores momentos, la mujer alcanzó a completar 8 millones de visitas mensuales en su portal web. | Foto: Getty Images

Si bien la mujer había sufrido toda su vida de episodios de depresión, esta solo se le había sido diagnóstica da formalmente desde el fin de sus años de universidad, y se había empeorado apropósito de su separación; lo que alguna vez plasmó en uno de sus libros.

Precisamente, en uno de ellos, había virado de hablar de maternidad, a hablar de algunas de sus frustraciones e incluso se volvió una voz de aliciente para las personas que, como ella sufrían depresión. En algún momento, la mujer incluso se refirió a que parte de la depresión que vivía en su etapa adulta podría derivarse del estilo de vida propio de estar pegada a una pantalla en medio de su trabajo dependiente del internet.