Un juez federal otorgó la semana pasada otra contundente victoria a los opositores al aborto en Estados Unidos, al retirar la autorización para comercializar la píldora abortiva mifepristona, aprobada hace más de dos décadas y utilizada cada año por cientos de miles de estadounidenses.
La primera sentencia la emitió un juez federal en Texas, Matthew Kacsmaryk, designado por Donald Trump y conocido por sus opiniones ultraconservadoras, quien retiró la autorización que la Administración federal de Alimentos y Medicamentos (FDA) había dado hace más de 20 años a la píldora abortiva.
Por el otro lado, un juez federal de Washington, Thomas Rice, nombrado por el presidente demócrata Barack Obama, dijo que la FDA debe mantener disponible la píldora abortiva en al menos 12 estados.
De esta manera, el Departamento de Justicia de Estados Unidos pidió en las últimas horas a un tribunal de apelaciones suspender la sentencia del juez federal de Texas que suspende el uso de la mifespristona, una píldora con la que se realizan más de la mitad de los abortos del país.
“La orden extraordinaria y sin precedentes del tribunal de distrito debe suspenderse a la espera de la apelación”, dijo el departamento en una presentación judicial.
“Si entra en vigor, la sentencia de esa corte frustrará el juicio científico de la FDA y perjudicará gravemente a las mujeres”, dijo el Departamento de Justicia en su apelación. “Este daño se sentiría en todo el país, dado que la mifepristona tiene uso legal en todos los Estados”, afirmó.
En concreto, el fallo de Rice ordena al Gobierno federal mantener la medicación disponible en hasta 17 estados, más el distrito de Columbia. Debido a que ambas decisiones son contradictorias, la intervención del Tribunal Supremo no se descarta, lo que podría agravar aún más el litigio, según ha informado la cadena CNN.
Los estados en los que se mantendría son: Washington, Oregon, Arizona, Colorado, Connecticut, Delaware, Illinois, Nuevo México, Rhode Island, Vermont, Hawaii, Maine, Maryland y Minnesota, además de Washington D.C, Michigan y el distrito de Columbia.
El conflicto en los tribunales deriva de una demanda contra la FDA presentada por médicos y asociaciones contra el aborto, que afirma que el medicamento no es seguro y alega que la agencia no lo estudió con suficiente cuidado.
El duelo de opiniones legales, junto con las apelaciones, significa que es casi seguro que el asunto acabe ante la Corte Suprema. El año pasado, el tribunal, dominado por los conservadores, anuló la histórica sentencia Roe v. Wade, que había consagrado el derecho de la mujer al aborto durante medio siglo.
La orden del juez Kacsmaryk se produjo después de que una coalición de grupos antiaborto presentara una demanda para congelar la distribución nacional de mifepristona.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, se comprometió la semana pasada a luchar contra el fallo que suspende el uso de la mifepristona, calificándolo como “un paso sin precedentes para quitarles las libertades básicas a las mujeres y poner en riesgo su salud”.
“Es el próximo gran paso hacia la prohibición nacional del aborto que los representantes electos republicanos han prometido convertir en ley en Estados Unidos”, dijo Biden.
La FDA dio luz verde a la mifepristona y al misoprostol en el 2000. Se aprobó para su uso hasta la semana 10 de embarazo, luego de la cual una mujer necesitaría abortar mediante otros métodos, como la aspiración al vacío.
¿Qué tan utilizada es la píldora abortiva?
Según el Instituto Guttmacher, la píldora representó más de la mitad (53 %) de los 930.160 abortos registrados en 2020 por esta organización que investiga políticas públicas y de salud reproductiva en Estados Unidos.
Si bien el número de los llamados abortos por medicación se ha disparado dramáticamente en Estados Unidos en los años recientes, todavía no es tan prevalente como en varias naciones europeas. En Francia, por ejemplo, los abortos de este tipo representaron el 70 % del total en 2020. En 2008 la cifra fue de 17 % y en 2017 del 39 %.
Al menos 13 estados de Estados Unidos prohibieron la mayoría de abortos, incluso los que requieren medicamentos, desde que la Suprema Corte revocó en junio el derecho constitucional a abortar.
Pesa a las prohibiciones, varias organizaciones se han movilizado para suministrar píldoras abortivas a mujeres en estados donde el aborto está restringido.
Con información de AFP*