Las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Sur, por un lado, frente al régimen de Kim Jong-un o China, al mando de Xi Jinping, han mostrado ‘altos y bajos’ en lo corrido de 2023.
Mientras en el caso de Pekín, la cercanía de Washington con Taiwán eleva la ‘ira’ entre funcionarios chinos, los ejercicios militares con Seúl han sido respondidos por Corea del Norte.
Respecto a esto último, los presidentes Joe Biden y Yoon Suk-yeol, han manifestado su cooperación en materia de seguridad, misma que ha sido tomada por el líder norcoreano como una “provocación”. En este punto los conceptos de armamento nuclear empiezan a tomar relevancia y no ser una posibilidad remota.
No ha sido solo una vez en la cual Kim Jong-un hace ‘alarde’ de su poderío militar y nuclear, así como las amenazas de utilizar ese tipo de armamento si percibe una amenaza a su soberanía. De hecho, a comienzos de año Pyongyang (capital) advirtió que expandiría su arsenal, además de desarrollar misiles balísticos intercontinentales.
“Creo que hay motivos para alarmarse, porque el régimen norcoreano ve que el actual gobierno de Corea del Sur no es tan favorable al Norte como el anterior”, explicó a DW Kim Sang-woo, integrante del consejo de la Fundación Kim Daejung para la Paz.
¿EE.UU. debe alistarse para la guerra?
Como Kim Sang-woo la organización Atlantic Council difundió los resultados de una investigación en la cual afirmó que Estados Unidos debería prepararse para una guerra a escala nuclear con potencias como China y Corea del Norte. La alerta se eleva al señalar que un conflicto mayor podría presentarse simultáneamente.
Su informe, asegura, debería ser tomado como un llamado a la prevención, sobre todo en hostilidades que no es aconsejable contemplarse de manera separada.
La organización advirtió que Washington requiere, con urgencia, establecer estrategias de respuesta para un escenario en el cual deba enfrentarse con las potencias mencionadas.
“Actualmente, existe una profunda desconfianza entre la República Popular China y Corea del Norte, y descubrimos que es probable que ninguno se sienta obligado a luchar junto al otro, pero esto no evitaría el surgimiento de conflictos simultáneos con ambos”, resalta el informe.
Uno de los escenarios situados por Atlantic Council es si Pyongyang emprende un ataque y recibe como respuesta una contraofensiva “exitosa” por parte de Estados Unidos y Corea del Sur. En ese caso, podría desatarse la intervención de China y elevar las fricciones que por años llevan, incluso, inclinándolas al punto militar.
“Ni siquiera es necesario que un segundo conflicto escale demasiado para que tales desafíos entren en juego. Cuando comienza un conflicto importante con la República Popular China o Corea del Norte, el potencial de una escalada para atraer a la otra parte afecta de inmediato las opciones políticas y militares disponibles” de Washington y sus socios, se lee en otro aparte del análisis.
Mensaje de ‘unidad’ frente a Pekín
Este viernes, 18 de agosto, el presidente estadounidense, Joe Biden, recibió a los dirigentes de Japón y Corea del Sur para una cumbre que tildó como “histórica” y en la cual envió un mensaje de unidad frente a China.
“Su liderazgo (...) nos ha traído aquí porque cada uno de ustedes comprende que nuestro mundo se encuentra en un punto de inflexión”, declaró el demócrata en una rueda de prensa conjunta. El mandatario aclaró que el encuentro no estaba dirigido contra el ‘gigante asiático’.
No obstante, los tres líderes dijeron que no respaldaban el “comportamiento peligroso y agresivo” de ese país en las disputas en el Mar de China Oriental y Meridional. “Nos oponemos firmemente a cualquier intento unilateral de cambiar el status quo en las aguas del Indo-Pacífico”, dijeron, según recogió AFP.