Este miércoles, 2 de agosto, los estadounidenses dijeron adiós a los focos incandescentes debido a nuevas normas que entraron plenamente en vigor. Estos fueron usados por siglos desde que reemplazaron las velas y ahora estos mismos fueron desplazados por los bombillos led, que consumen menos energía.
Las normas del Departamento de Energía, que datan de la presidencia de Barack Obama, han ido y venido a la par de las tendencias políticas en Estados Unidos. Los conservadores las consideran violatorias del derecho de los consumidores a escoger sus productos y demasiado onerosas para los negocios. Fueron eliminadas en 2019 bajo la presidencia de Donald Trump, pero ahora bajo la presidencia de Joe Biden fueron resucitadas.
De cualquier manera, ahora los críticos se han callado, posiblemente en parte porque compañías y consumidores ya se han acostumbrado a usar focos más eficientes.
¿Qué cambios trae la nueva normativa?
Las normas establecen nuevos estándares de eficiencia para bombillos empleados en viviendas y negocios y prohíben la venta y manufactura de los que no cumplen con esos estándares. Los bombillos incandescentes prácticos, que se remontan a una patente registrada por Edison en 1880, no cumplen con esos estándares, y tampoco los focos de halógeno. Las normas también prohíben la importación de bombillos menos eficientes.
Pero esos requisitos son un poco menos exigentes que lo que hubieran sido hace unos años, en parte debido a que avances en la tecnología LED han reducido precios y aumentado la calidad drásticamente. LED son siglas de “light emitting diode”, es decir, diodos emisores de luz, un dispositivo tipo semiconductor que convierte la electricidad en luz.
Entre 2015 y 2020, por ejemplo, el porcentaje de viviendas estadounidenses que reportaron usar bombillos LED se multiplicó más de diez veces, de 4 % a 47 %, según la Administración de Información sobre Energía, una agencia federal de estadísticas.
¿Se deben votar los bombillos incandescentes que estén en uso?
Afortunadamente no. Las normas no afectan los bombillos que ya están en los hogares; la norma también eximen a los empleados en propósitos especiales, como los que están dentro de hornos.
Sin embargo, sí se aconseja a la ciudadanía que reemplace estos bombillos por focos de tecnología LED, esto además de ayudar a ahorrar energía, también ahorrará dinero y se aportará a la protección de los recursos medioambientales.
A medida que las normas se vayan normalizando, los consumidores estadounidenses se ahorrarán unos 3.000 millones de dólares al año, calcula el Departamento de Energía. Proyecta además que las normas reducirán las emisiones de carbono en unas 222 toneladas métricas en los próximos 30 años.
¿Qué hace que los bombillos LED ahorren energía?
Los bombillos incandescentes iluminan al lanzar una corriente eléctrica por un filamento que lo caliente hasta que brilla. El primer foco de Edison usó un hilo de algodón carbonizado para ese propósito; los modernos usan filamentos de tungsteno en un gas inerte.
Pero los incandescentes no son muy eficientes. Solo un 5 % de la energía usada por un bombillo incandescente produce luz; el otro 95 % es calor. Esa es la razón por la que, antes de desatornillar un bombillo, tienes que esperar un poco para que se enfríe.
Los incandescentes además expiran con frecuencia, y hay que reemplazarlos en promedio una vez al año, por lo que además de pagar más en las facturas de energía, también se tiene que costear nuevos bombillos seguidamente.
En comparación, los componentes de los bombillos LED son fabricados con el mismo proceso utilizado para fabricar los chips de computadoras, por lo cual son sumamente eficientes. No generan casi calor y usan un 90 % menos energía que los incandescentes, y además duran 25 veces más, según el Departamento de Energía.
*Con información de AP.