El pasado lunes 27 de marzo, Estados Unidos vivió un nuevo y amargo capítulo en la triste secuencia de tiroteos diarios, esta vez en la ciudad de Nashville, en el estado de Tenessee, al sur de del país norteamericano. Audrey Hale, una joven trans de 28 años de edad, irrumpió en una escuela cristiana de la que fue exalumna, The Covenant School, y en 14 minutos dejó un triste saldo de tres adultos y tres niños muertos.
Un mensaje perturbador
El lunes a las 9:57 de la mañana, Averianna Patton, quien fue compañera de Hale en el equipo de baloncesto en el colegio y trabaja actualmente como presentadora de radio, recibió un mensaje de la autora del tiroteo, con quien no hablaba hacía años.
El mensaje inició diciendo: “quería decirte a ti primero, porque eres la persona más hermosa que he visto y conocido en toda mi vida, mi familia no sabe lo que estoy a punto de hacer”, contó Patto en entrevista a CNN.
“Planeo morir hoy”, añadió Hale y dijo que Patton se enteraría de eso “en las noticias”. Luego le dijo: “Algún día esto tendrá más sentido, he dejado pruebas más que suficientes. Pero algo malo está a punto de suceder”.
Dos llamadas simultáneas
Patton inmediatamente llamó a su padre y le contó. En cuestión de minutos, por recomendación de su papá, llamó a la línea de prevención de suicidio y luego se comunicó con la Oficina de Policía de Nashville.
La llamada de Patton, de acuerdo con CNN, inició exactamente a las 10:13 a. m., al mismo tiempo la Oficina de Policía recibió su primera llamada al 911, sobre un tiroteo activo en la escuela The Covenant School.
La entrada
Hale entró por una puerta lateral de la escuela a la que disparó, rompiendo las puertas de cristal, de acuerdo con las imágenes compartidas por el video de vigilancia. En el video se puede ver a Hale, con pantalones militares y tres armas, pasar por la puerta rota y entrar a las 10:11 a. m.
De acuerdo con la policía, la primera persona que murió fue Mike Hill, de 61 años, el vigilante y conserje de la escuela, quien recibió un disparo a través de la puerta.
En los minutos siguientes, murieron tres niños: Evelyn Dieckhaus, William Kinney y Hallie Scruggs y dos de los adultos, la profesora sustituta Cynthia Peak, de 61 años, y Katherine Koonce, de 60, quien era la directora de la escuela.
A las 10:18 de la mañana se puede ver a Hale con un rifle en su mano derecha y registrando una oficina, como buscando a alguien que pueda encontrar en el lugar, Hale se regresa al pasillo apuntando, entra a otra oficina o salón y sale, siempre apuntando al abrir cualquier puerta. El colegio se ve completamente vacío.
El desenlace
Seis minutos después, las imágenes de la cámara corporal del oficial Rex Engelbert muestran su llegada al sitio, Engelbert llega veloz a la escena y de su baúl saca un arma de gran alcance y volumen, una mujer lo recibe a la entrada del colegio y la advierte algo que parece haberle dicho a otros policías que ya ingresaron: “Arriba”, le dijo al agente Engelbert, “hay un montón de niños”, mientras las alarmas de emergencia de la escuela suenan a todo volumen.
El recorrido que hacen los agentes consiste en abrir un salón detrás del otro, buscando a la persona que está efectuando el tiroteo. En las imágenes no se logra ver a una sola persona, mientras los oficiales van de un punto a otro, ni en los salones, ni en las oficinas.
Finalmente, uno de los policías dice “está arriba, suena como que está arriba”, todos corren entre un corredor y otro, hasta que finalmente encuentran a una especie de sala, zona social, en frente de una ventana, donde presuntamente Hale se encontraba intentando disparar a los policías en la calle.
Uno de los oficiales dispara con contundencia y le dice a Hale: “no se mueva”, cuando ya seguramente estaba sin vida.