Indignación ha despertado en Estados Unidos, más precisamente en el estado de Georgia, el conocimiento de una serie de hechos ocurridos el pasado fin de semana, cuando en una actitud provocadora, un grupo de neonazis se apostó a las afueras de una sinagoga –templo de la comunidad judía– ondeando banderas y símbolos del nacionalsocialismo, referido a banderas rojas con la cruz esvástica.
Además de las banderas, los manifestantes pronazi también portaron otra serie de símbolos antisemitas que sembraron el miedo en los miembros de la comunidad judía de la zona.
De acuerdo con medios locales, los manifestantes pronazi son un grupo conocido como Goyim Defense League, quienes según detalla el New York Post, estuvieron liderados por un hombre identificado como Jon Minadeo II, quien en días pasados también había sido acusado de alterar el orden púbico en un lugar conocido como Templo Beth Israel, en Macon.
La protesta, presentada el pasado fin de semana, tuvo lugar en una zona conocida como el Chabad Lubavitch, ubicado en el condado de Cobb en Atlanta.
En declaraciones recogidas por medios locales, algunos de los miembros de la comunidad judía que se encontraban en el templo objeto de la protesta, advirtieron que sintieron pánico cuando se percataron de la presencia de un grupo antisemita, afirmando que esa clase de actos de odio y provocación solamente pueden responder a escenarios derivados del desconocimiento, y personas que se dejan halar por modas.
En las protestas precedentes protagonizadas por Minadeo, según detalla el Post, este hombre había sido arrestado, al ser señalado de instigar a alterar el orden público, pues se encontraba gritando obscenidades a través de un megáfono, pese a las advertencias de las autoridades locales.
Si bien el hombre había quedado bajo arresto el pasado viernes, el pasado fin de semana recobró su libertad e inmediatamente organizó un nuevo escenario para sembrar el temor en la comunidad judía de la zona; no obstante, en contraposición, la comunidad judía también logró congregar a un grupo para hacer contrapeso, logrando la concurrencia de cientos de personas a las afueras del templo judío Templo Beth Israel el pasado sábado.
Por su parte, la marcha de odio, según detalla el Post, no estaba conformada por más de una decena de manifestantes.
Pese a contar con mayoría, los miembros de la comunidad judía advirtieron temor, pues, pese a estar establecidos en la zona desde 1859, este podría ser considerado el mayor acto de provocación e irrespeto en contra de su comunidad.
En ese mismo sentido, advirtieron que los manifestantes fueron identificados como personas foráneas, según autoridades de la zona.
Sobre los actos previos, desarrollados el pasado viernes, el Post advierte que esos tuvieron lugar en la localidad de Warner Robins, un escenario en el que los manifestantes llenaron de volantes con información antisemita las calles. Además de los volantes, también fueron distribuidos una serie de ‘perdigones’, que sembraron el temor en la zona al advertir que eventualmente podrían ser objetos envenenados.
En medio del temor despertado por el grupo de manifestantes, los líderes judíos del sector decidieron denunciar los actos intimidatorios a través de las redes sociales, exponiendo el ambiente en Chabad of Cobb.
Por su parte, los neonazis advirtieron en su defensa que con ello solamente están ejerciendo su derecho a la Primera Enmienda de la Constitución de su país.
De acuerdo con las autoridades, los actos de provocación en medio de esa disputa entre judíos y antisemitas han aumentado en las últimas décadas, reportando un aumento cercano al 60 %.
Los miembros de la protesta señalan que existen historias mal contadas sobre la Segunda Guerra Mundial, señalando que en ese entonces los judíos controlaban los medios, la economía y el gobierno, y los menospreciaban.
Recientemente, un acto similar se presentó en la entrada principal de Disneylandia en Orlando, Florida, sitio al que llegó un grupo de manifestantes que también refirieron, entre otros, sus apoyos al candidato republicano por la presidencia de EE. UU., Ron DeSantis.