Antonio “AJ” Armstrong Jr. fue sentenciado a cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional después de 40 años de condena por el asesinato de sus padres Antonio y Dawn Armstrong en 2016, cuando el joven contaba con 16 años.
Después de 7 años del hecho, un jurado de Texas encontró culpable a AJ al confirmar que el sujeto disparó y asesinó a sus padres al interior de su residencia en Bellaire. En medio del juicio se recordó que la madre, Dawn, murió en el lugar de los hechos, mientras el padre, Antonio, jugador de la NFL, murió en el hospital a causa de una herida de bala en la cabeza, reportó FOX 26 Houston.
La noticia de la sentencia del joven ha provocado conmoción en el estado y en los aficionados del trabajo de Antonio en la NFL.
Más detalles del caso
Al inicio de las investigaciones por la muerte de los dos adultos en 2016, AJ declaró que un desconocido enmascarado había ingresado a la casa y que los había matado. Aún así, los agentes expresaron en su momento que no concordaban algunas partes de la historia que le relató el menor a las autoridades por lo que decidieron ahondar más en las pruebas que habían encontrado en la escena del crimen.
Luego de que AJ llamara al 911 para decir “todo es mi culpa” según el medio citado, los fiscales centraron sus miradas en el huérfano como único autor del asesinato de sus padres, por lo que se llevó a juicio al menor en dos ocasiones, sin embargo, la decisión sobre la sentencia que asumiría el joven quedó estancada en 2019 y en 2022.
La Fiscalía aseveró que en el juicio de 2019 puso una almohada sobre los rostros de sus padres y les propinó los disparos, sin embargo, AJ negó esta acusación. Asimismo, los agentes precisaron que antes de que se dieran los homicidios, el joven disparó contra el suelo de la casa para realizar tiros de práctica en su habitación, además de declarar que el menor trato de incendiar la casa e investigó cómo manipular un auto para que explotara cuando se encendiera.
¿Una relación tensa entre padres e hijo?
De acuerdo con los informes, la unión familiar entre Antonio, Dawn y su hijo AJ no sería la mejor, específicamente días antes de los asesinatos, tanto así que los investigadores buscaron más pruebas para comprobar que el menor, ahora de 23 años, fue el responsable de los homicidios.
Una de las pruebas incriminatorias se centró en el sistema de alarma de la casa familiar. Los representantes de seguridad de la vivienda declararon los tiempos precisos de activación de los sensores de movimiento y encontraron que se asociaban con las horas de los asesinatos.
Los agentes explicaron que uno de esos sensores estaba ubicado cerca de la habitación de los adultos el cual se activó a la 1:09 a. m., de igual manera, otro sensor mostró actividad a la 1:25 a. m., muy cerca de donde estaba el arma, y luego de llamar al 911, se desactivó la alarma a la 1:56 a. m.
En el tercer juicio al que se sometió AJ el pasado miércoles en el cual se le declaró culpable del asesinato de sus padres, se dieron a conocer las manchas de sangre en la camisa del joven al momento de ser arrestado 7 años atrás. Con esta prueba, la cual había pasado desapercibida inicialmente por los forenses, el fiscal de distrito del Condado de Harris aseveró que se hallaron dos gotas de sangre pertenecientes al padre lo que determinó que AJ estaba dentro de la habitación al momento de los asesinatos.
Aunque el joven habría presentado una demanda contra la ciudad de Houston por la revelación de las manchas de sangre, no le serviría para salvarse de la condena de cadena perpetua, expresó FOX 26 Houston.
El exjugador de la NFL, Antonio Armstrong, fue un destacado deportista en la Universidad Texas A&M antes de su contrato breve para San Francisco 49ers y los Miami Dolphins.