Sorpresa ha despertado en la comunidad médica de Estados Unidos un caso presentado en la ciudad de Massachusetts, más precisamente en el Hospital General de esa ciudad, donde especialistas de ese centro de atención reportaron el insólito caso de un hombre de 19 años a quien debieron amputarle las piernas debido a la adquisición de una infección bacteriana.
Según el reporte médico del que hacen eco medios locales de ese país, el hombre víctima de dicha situación tiene apenas 19 años, y debió ser ingresado en estado de shock y tras padecer una falla multiorgánica, debido a la adquisición de una infección que además le provocó erupciones cutáneas, y que se derivó de la ingesta de un plato de comida al aparecer en mal estado el cual había sido ‘dejado’ por un amigo suyo.
El hombre, a quien los especialistas se refieren como JC, es un joven que habita en el Estado de Nuevo Inglaterra, en compañía de algunos de sus familiares; no obstante, en los días en que adquirió la extraña enfermedad, se encontraba de visita en la casa de un amigo y compañero de clases en Massachusetts, disfrutando de unos días de descanso previo a ingreso de nuevo a sus actividades académicas.
En medio de la investigación para detectar el modo de contagio de la bacteria que lo llevó a la grave situación médica, los especialistas pudieron establecer que el hombre no había estado expuesto virus alguno en las últimas semanas, ni a alguna clase de animales, por lo que la adquisición de la enfermedad ha sido adjudicada a la ingesta de un plato de comida, más precisamente a arroz con pollo comprado en un restaurante, y que no había sido ingerido del todo por su amigo porque le provocó ‘malestar’.
En el caso, expuesto a través de las redes sociales por un experto conocido como el doctor Bernard Hsu, este explicó que el paciente se había visto motivado a aprovechar el plato de comida dejado por su amigo, luego de que las condiciones climáticas le hubiesen impedido salir a buscar comida, por lo que recurrió al ‘bocado’ dejado en la nevera, referido a un pedido de comida china realizado el día anterior.
Consciente de que el ‘bocado’ no sería reclamado por su amigo, el paciente optó por calentar esta porción de comida en un horno microondas, y acto seguido saciar su hambre con él, sin imaginar que ese sería el inicio de su viacrucis.
Poco después de a ingesta, según explicó en sus redes sociales el especialista que lo atendió, el hombre comenzó a manifestar un fuerte e intenso dolor abdominal, el cual también se vio seguido por otros síntomas como escalofríos y un debilitamiento general que iba aumentando, seguido de dificultad para respirar, visión borrosa y rigidez corporal, lo que lo llevó a solicitar atención médica.
Según advierte la historia contada por el médico tratante, el joven también se comenzó a tornar morado debido a la intoxicación sufrida.
Si bien el hombre se mostraba atento a las alertas y preguntas de los especialistas, pero se encontraba visiblemente afectado y algo angustiado al ver el detrimento de su estad de salud.
Pese a que el hombre fue tratado inicialmente en una clínica local, el no mostrar mejorías obligó a su remisión a otro centro especializado de mayor complejidad, traslado que debió hacerse incluso a través de medios helicoportados debido al rápido deterioro de su salud.
No habían transcurrido más de 24 horas tras la ingesta de los alimentos contaminados cuando el hombre ya presentaba este cuadro viral, que incluso admitió sospechó que se derivaba de la ingesta del arroz chino, pues reconoció que no pudo terminarlo al sentirlo ‘raro’.
La bacteria adquirida ya había llevado su salud a tal grado de complicación que presentaba afecciones en su corazón, riñones, e incluso en su sangre.
En medio de los exámenes practicados, los especialistas diagnosticaron que el hombre había adquirido una enfermedad conocida como Meningococcemia, o meningococo que podrí provocar una sepsis, si se extendía la ingfección por el cuerpo a través de su sangre.
Pese a que el hombre mostraba mejoría gracias al tratamiento médico, sus extremidades comenzaron a presentar rastros de necrosis en algunos de sus dedos, lo que llevó a que sus piernas tuvieran que ser amputadas.
Según los médicos, si bien el compañero del paciente también había comido del mismo alimento, este se salvó de desarrollar un cuadro médico similar, en tanto contaba con una mejor situación inmunológica, al estar vacunado frente a la enfermedad, y su amigo no.