Irse a vivir a otro país es una de las decisiones más difíciles de tomar, pero muchas personas optan por ello para encontrar una mejor calidad de vida, ya sea porque en sus países no han logrado ubicarse de la mejor manera o porque no hallaron las oportunidades para crecer en diferentes aspectos, especialmente lo laboral.
Estados Unidos es uno de esos países preferidos por los migrantes, especialmente latinos, para iniciar una nueva vida y buscar mejores oportunidades, ya sea con sus familias o solos. Sin embargo, ingresar a la nación norteamericana es muy complicado, ya que las autoridades exigen ciertos requisitos. Por ejemplo, en el caso de Colombia es necesaria la visa, algo que puede llevar un buen tiempo en ser tramitado.
Este mismo caso sucede en Ecuador: cualquier persona que quiera llegar legalmente a Estados Unidos debe contar con este documento, el cual muchas veces es negado por diferentes circunstancias.
En los últimos días, se ha conocido mediante TikTok la historia de una joven ecuatoriana a la que le negaron en una oportunidad la visa, pero que años después pudo convertirse en ciudadana permanente.
Su historia está llena de circunstancias y condiciones únicas, por lo que su publicación en la red social no debería ser tomada como un referente para migrar por otros, sino como una historia de vida particular.
Le negaron la visa y prohibieron su ingreso
Según contó por medio de un video en su cuenta TikTok, todo comenzó años atrás, cuando se graduó de un colegio de Ecuador con tan solo 17 años. En ese momento, tuvo la idea de visitar Estados Unidos por primera vez.
Apoyada por su mamá, pensó en solicitar una visa de estudios —tal como lo había hecho su hermana, quien ya se encontraba en los Estados Unidos de manera legal, estudiando—; sin embargo, ante los tiempos que este estudio implica y el afán de la joven por irse a ese país, le pidió a su mamá que solicitaran una visa de turismo.
Así lo hicieron y a la joven se la aceptaron. La mujer terminó viajando al país norteamericano con una visa de turismo, que le permitía quedarse máximo seis meses; cuando se acercó el final de la temporada, su mamá le dijo que debía devolverse a Ecuador, pero la joven no quiso.
Tomó la decisión de quedarse y le dijo a su mamá que no le importaba quedarse como ilegal. En parte, sostiene en su TikTok, porque estaba “dizque enamorada”. Pasó el tiempo y la ecuatoriana cumplió dos años y medio en Estados Unidos, lo que la convirtió en una inmigrante ilegal.
Tras este lapso, tuvo algunos problemas personales, así como de documentación, porque no supo qué pasó con su pasaporte y solo contaba con su cédula ecuatoriana, aunque ni sabía dónde la guardaba. Finalmente, decidió devolverse a su país natal.
El día que regresó a su país, lo hizo por aire, por lo que se dirigió a un aeropuerto, donde se encontró con dos funcionarios de migración que constataron que no cumplía lo exigido por la ley.
“Lo más chévere de todo fue verles la cara a los de migración en el aeropuerto, porque ellos no entendían lo que estaba pasando, cuando yo solo salí [de Estados Unidos] con mi cédula; me decían: ‘¿dónde está tu pasaporte?’, y yo les decía: no importa dónde está mi pasaporte, yo solo quiero regresarme a Ecuador. Me preguntaron si había cruzado la frontera y yo les dije que no, que había venido por avión, pero no sabía dónde estaba mi pasaporte”, señaló.
La mujer regresó así a su natal Ecuador.
Así consiguió la residencia
Poco tiempo después de volver a Ecuador, tuvo contacto nuevamente con uno de sus exnovios, que es ciudadano americano. Poco a poco se volvieron a acercar, hasta que finalmente se convirtieron en esposos, por lo que la mujer y su esposo creyeron que ella tenía de nuevo la posibilidad de regresar a Estados Unidos.
El hombre contrató a un abogado, “uno de los mejores aquí en Miami”, relata la mujer, para que adelantara el proceso legal. El defensor les aseguró que “traería” a Estados Unidos a la mujer en ocho meses. Incluso, ella adelantó los exámenes médicos de rigor.
Convencida de que el proceso estaba siendo exitoso, comenzó a mandar maletas de ropa a Estados Unidos desde Ecuador. Incluso, asegura en su video: “Yo estaba un pie acá, un pie allá”.
Sin embargo, en medio del trámite, un cónsul se comunicó con ella y tras preguntarle por sus entradas y salidas de Estados Unidos, y conocer de su última vez en el país, de la ilegalidad de la situación misma, le informó que debía esperarlo. Transcurrido un tiempo, otro cónsul le informó que le negaban la visa y que no podía ingresar a ese país por diez años, algo que los afectó bastante.
“Mi esposo mandó un perdón alegando que yo era menor de edad [cuando se quedó de ilegal], que yo no sabía lo que hacía y que no tenía consciencia de ser ilegal”, relató.
Los Estados Unidos le respondieron que ella, a sus entonces 17 años, ya sabía qué estaba haciendo y que su estatus como esposa de un ciudadano estadounidense no era suficiente. Esa fue la primera de al menos cuatro intentos, según cuenta, que hicieron para buscar que fuera aceptada legalmente en los Estados Unidos.
Ella se quedó en Ecuador, estudió Psicología, tuvo dos hijos. El primero obtuvo su nacionalidad como hijo de un ciudadano estadounidense a la edad de cinco años. La segunda nació cuando su mamá ya llevaba ocho años y medio en Ecuador, tras su regreso de EE. UU.
Tiempo después, nuevamente se tuvieron que separar, pues su pareja, quien había viajado a Ecuador para vivir, tuvo una nueva oportunidad laboral y se devolvió a la nación norteamericana.
Tras los años, la mujer hizo un nuevo intento para poder ingresar a Estados Unidos con visa de turista y llevó una invitación de su hermano para ir a Parque Universal, algo que logró gracias a que su hermano trabajaba allí. Además, al acercarse hasta la Embajada también mostró los pasaportes de sus hijos, quienes tenían nacionalidad norteamericana. También relató que ya trabajaba, para el gobierno ecuatoriano como maestra.
Según contó, le explicó al cónsul que ella trabajaba con el Gobierno ecuatoriano y la idea era viajar con su familia a unas pequeñas vacaciones, algo que le ayudó para que le aprobaran la visa por diez años, como turista, aunque posteriormente se convirtió en residencia gracias al matrimonio que sostenía.
Aunque su historia es un caso con un buen cierre para su protagonista, resalta que decidir quedarse como ilegal le costó ocho años y medio de demostrar que podía volver a los Estados Unidos.