Con la esperanza de que otros destinos los reciban con mejores oportunidades y/o condiciones de vida, principalmente a nivel laboral, no son pocos quienes emprenden un viaje del que saben cuando parten, pero no la fecha de regreso. Muchos solo con lo que llevan puesto o unas pocas cosas de mano buscan arreglárselas para entrar a Estados Unidos y establecerse.
Sin embargo, el intento puede resultar con más tropiezos de los que se prevén inicialmente y más ahora cuando las autoridades agudizaron sus medidas para frenar el flujo migratorio irregular. Como parte de ese objetivo, mantienen el Título 8 que facilita las detenciones y deportaciones exprés.
Pero el riesgo no solo está en si la patrulla fronteriza descubre el intento de entrar sin papeles, pues el camino hacia Norteamérica no está libre de peligros. Lo anterior por múltiples razones como ser víctimas de ‘coyotes’ (quienes prometen la entrada a Estados Unidos), o el riesgo de la misma naturaleza (cuando se toman rutas como el Tapón del Darién).
Muertes de migrantes también se han registrado al cruzar hacia la frontera sur por el Río Bravo, conocido también como el Río Grande. Uno de los casos se presentó a comienzos de noviembre cuando los cuerpos de nueve personas fueron hallados, informó en su momento la Voz de América. Presuntamente fueron arrastrados por la corriente.
Latino perdió la vida rumbo a EE. UU.
Algunos desenlaces fatales ocurren ya cuando se cree estar más cerca del “sueño americano” como sucedió con Alejo Argüelles Ramón, un campesino mexicano, quien al quedarse sin empleo decidió partir hacia Estados Unidos.
Aunque allí terminó consiguiendo trabajo, medios locales confirmaron su fallecimiento, del cual se desconocen las causas.
Entre 2014 y 2017 se había desempeñado como policía auxiliar en la Agencia Municipal de la Congregación Atzompa. La lucha de su familia ahora es repatriar su cuerpo desde el estado de Oregón, pues no disponen de los recursos para hacer el trámite por su cuenta.
N+ informó que con él son tres los campesinos (originarios del mismo lugar) que han muerto en Estados Unidos, engrosando la lista de víctimas en medio de la odisea por hallar mejores condiciones de vida. Por ello, se empezó a hacer una recolección de fondos que, en este momento, continúa siendo insuficiente.
Ecuatoriano murió en el Río Bravo
En una pesadilla se convirtió la travesía de tres ecuatorianos por llegar a Estados Unidos cruzando el Río Bravo. Papá, mamá e hijo salieron de su país, pero la corriente le arrebató la vida al primero a comienzos de febrero.
Según relató la suramericana a Telemundo, en mitad del trayecto ella perdió el rastro de su pareja y vio que su hijo estaba inconsciente. En ese momento, y ya durante la emergencia, su reacción ‘inmediata’ fue auxiliar al pequeño.
“Le vi los ojitos ya blancos, la pielcita bien negra, me desesperé mucho (...). Le di respiración boca a boca y después regresé, quise rescatarlo a él (a su pareja), pero ya no asomó, ya se hundió y ya se desapareció (...). Mi pareja se ahogó y hasta ahora no han podido encontrar el cuerpo”, dijo la ecuatoriana.
A través de un comunicado el Instituto Nacional de Migración precisó que “la extranjera logró sostenerse de uno de los pilares del Puente Internacional 1, mientras se aproximó el aerobote del instituto para rescatarla y llevarla a tierra firme. Integrantes de Grupo Beta (...) les proporcionaron sábanas térmicas y brindaron primeros auxilios para dejarlos al cuidado de la Cruz Roja Mexicana”.
La víctima mortal fue identificada como Marco Bonilla Tizaleno, cuyo cuerpo fue encontrado posteriormente, informó El Comercio.