El ascenso y caída espectaculares de Sam Bankman-Fried en el sector de las criptomonedas, un recorrido que incluyó su testimonio ante el Congreso de Estados Unidos, un anuncio en el Super Bowl y sueños del fundador de FTX de postularse a la Presidencia, registró un descenso aún más profundo el jueves cuando un jurado de Nueva York lo declaró culpable de fraude en una conspiración que esquilmó a clientes e inversionistas de cuando menos 10.000 millones de dólares.
Tras el juicio de un mes en una corte federal de Manhattan, los jurados rechazaron el alegato que hizo Bankman-Fried durante cuatro días de que él nunca cometió un fraude ni pretendía estafar a sus clientes antes de que FTX, que llegó a ser la segunda plataforma de intercambio de criptomonedas más grande del mundo, se declarara en quiebra hace un año.
“Sus delitos lo alcanzaron. Sus delitos han quedado expuestos”, le dijo la vicefiscal federal Danielle Sassoon a los miembros del jurado del otrora multimillonario un momento antes de que el juez Lewis A. Kaplan les leyera la ley y comenzaran a deliberar. Sassoon dijo que Bankman-Fried convirtió las cuentas de sus clientes en su “alcancía personal” mientras desaparecían hasta 14.000 millones de dólares.
Es de recordar que el primero de noviembre la fiscalía de Nueva York acusó a Sam Bankman-Fried de haber “robado” dinero de sus clientes, una afirmación que su defensa rechazó al señalar que buscaron mostrar al empresario como “una especie de monstruo”.
Este caso “no trata de cuestiones complejas sobre criptomonedas”, afirmó el fiscal Nicolas Roos al jurado durante los alegatos finales, luego de varios días de juicio en el que Bankman-Fried dio su testimonio y fue interrogado por defensa y acusación.
“Se trata de mentiras. Se trata de robo. Se trata de codicia”, dijo del exejecutivo de 31 años, cuya fortuna en criptoactivos se volatilizó tras la bancarrota de su plataforma.
Para Mark Cohen, defensor de Bankman-Fried, el ministerio público “buscó presentar a Sam como un villano, una suerte de monstruo”.
Se trata de una invención, según el letrado, basada en la premisa errónea de que “FTX era una empresa fraudulenta” montada “para robar los fondos de los clientes desde el principio”.
Bankman-Fried, conocido en la industria como SBF, está acusado de utilizar, sin consentimiento, fondos de clientes de la plataforma de intercambio de criptodivisas FTX para alimentar inversiones de riesgo del fondo Alameda Research de la compañía, pero también para comprar inmuebles en las Bahamas. El total de este flujo de fondos fue estimado en 14.000 millones de dólares.
En la primavera boreal de 2022, la industria de las criptomonedas se vio sacudida por una serie de quiebras que hicieron caer el valor de los criptoactivos, incluyendo los de Alameda.
En noviembre del año pasado, su plataforma implosionó, incapaz de hacer frente a pedidos masivos de retiros por parte de los clientes, preocupados por la operativa de la firma.
Cuando el polvo se asentó, faltaban unos 8.700 millones de dólares, según el administrador que gestionó la liquidación.
De ser hallado culpable, Bankman-Fried podría enfrentar 110 años de prisión.
La fiscalía sostuvo que el jurado deberá decidir si “el acusado sabía que tomar el dinero estaba mal”. “Lo sabía, pero igual lo hizo”, lanzó Roos.
“La buena fe de Sam es una defensa contra todas las acusaciones” en su contra, replicó su abogado. “En la vida real, las cosas se complican, las personas cometen errores y lamentan, más tarde, no haberlos corregido”.
Bankman-Fried aceptó durante el juicio que cometió “errores” de gestión, pero rechazó tajantemente haber cometido fraude.
Sostuvo que era un empresario joven desbordado de trabajo que descubrió los problemas de Alameda demasiado tarde y que sus directivas para gestionar riesgos fueron ignoradas por sus colaboradores en la firma, incluyendo su exnovia, Caroline Ellison, quien dirigía la empresa.
Ellison decidió colaborar con la fiscalía y testificó contra su exnovio en el juicio.
*Con información de AP y la AFP.