El sindicato estadounidense Trabajadores de la Automoción Unidos (UAW, por sus siglas en inglés) y Ford han alcanzado este miércoles 25 de octubre un acuerdo provisional “histórico” para acabar con la huelga iniciada a mediados de septiembre en todas las plantas de Ford, General Motors y Stellantis.
Este nuevo acuerdo “pondrá cuatro veces más dinero” que los anteriores acuerdos de 2019, según han asegurado representantes el sindicato en un vídeo publicado su cuenta de la red social X, antes Twitter.
El presidente Joe Biden saludó el “histórico” acuerdo entre Ford y el sindicato automovilístico estadounidense UAW tras 41 días de huelga, dijo el miércoles la Casa Blanca. “Felicito a la UAW y a Ford por haberse reunido tras una ardua negociación de buena fe y haber alcanzado esta noche un histórico acuerdo provisorio”, dijo Biden en un comunicado.
Añadió que el acuerdo “ofrece un aumento récord a los trabajadores del sector del automóvil que tanto han sacrificado para garantizar que nuestras emblemáticas Tres Grandes empresas puedan seguir liderando el mundo en calidad e innovación”.
El pacto incluye aumentos salariales del 25 % hasta 2028, fecha en la que expira el contrato provisional, y también ajustará estos aumentos al coste de vida para “proteger a los trabajadores de la subida de precios”.
En ese sentido, se espera que los trabajadores reciban incrementos salariales del 30 % o más durante la vigencia del acuerdo; también se logró recuperar una serie de beneficios que se perdieron durante la crisis económica de 2008, según explicó la cadena CNN.
Sin embargo, el pacto deberá ser ratificado por todos los miembros de UAW de las plantas de Ford, que se cuentan por miles; el inicio de la huelga fue secundada por unos 10.000 trabajadores en las plantas de las tres mencionadas compañías, cifra que ha ido ascendiendo gradualmente hasta los 40.000 huelguistas.
La convocatoria se produjo después de que los tres fabricantes no ofrecieran lo exigido por el sindicato, que pedía recuperar beneficios perdidos “hace más de una década, cuando las empresas carecían de liquidez y estaban al borde de la quiebra”.
Así, UAW rechazó aumentos salariales de dos dígitos con la intención de materializar sus “ambiciosas reivindicaciones” respecto a los salarios, prestaciones y protección de empleo en un contexto en el que los ‘Tres Grandes’ han registrado enormes beneficios.
Tras un acuerdo provisional, los sindicatos a veces no ponen fin a una huelga hasta que el acuerdo es ratificado por los afiliados. Pero en un giro, la UAW dijo que los trabajadores de Ford volverían a sus turnos para presionar a GM y Stellantis.
“Se trata de un movimiento estratégico para conseguir el mejor acuerdo posible”, dijo el vicepresidente de la UAW, Chuck Browning. Añadió que “lo último” que quieren GM y Stellantis es que Ford vuelva a funcionar a pleno rendimiento mientras ellos se dedican a perder el tiempo y a quedarse atrás.
El sindicato automovilístico convocó una huelga en todas las plantas de Ford, General Motors y Stellantis, tornándose así en la primera vez en la historia en que se convoca una huelga a la vez en las fábricas las tres principales empresas automovilísticas de Estados Unidos. General Motors, por su parte, informó hace unos días de que la interrupción parcial de la producción le ha hecho perder unos 200 millones de dólares semanales.
La repercusión de la misma ha sido tal que incluso el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llegó a participar en un piquete, convirtiéndose así en el primer mandatario en activo en formar parte de este tipo de manifestaciones.
El tipo de huelga ‘Stand Up’ es, según define el propio sindicato en su página web, “un nuevo enfoque huelguístico” que consiste en convocar algunos parones locales e ir sumando cada vez más, lo que proporciona “máxima influencia y flexibilidad en la lucha por conseguir un contrato justo en cada uno de los tres grandes fabricantes de automóviles”.
*Con información de Europa Press y AFP.