La historia sobre el “milagro de la selva”, luego de que se encontraran con vida a los cuatro hermanos que se perdieron entre el espeso bosque tropical entre el Caquetá y el Guaviare, ha transcendido a lo largo del continente y del mundo. Y mientras los niños se recuperan, el padre de estos pequeños dio declaraciones para la cadena estadounidense CNN, resaltando lo increíble que resultó el hecho.
“Esta es obra de Dios. Vivieron por su propio esfuerzo y del alimento espiritual (...) Este fue mi sueño todo el tiempo”, dijo Manuel Ranoque en entrevista para el medio citado, indicando que el hallazgo de los pequeños había sido un milagro y que, a pesar de las pocas esperanzas que se tenían a medida que avanzaba el tiempo, tenía la ilusión de volverlos a ver.
“En el momento en que encontramos a los niños, habíamos empezado a ver truenos y relámpagos. Salimos en el momento adecuado; 10 minutos más tarde y el helicóptero no nos hubiera podido llevar”, reveló Ranoque para el medio estadounidense, dando detalles sobre el instante en el que se dio el milagro, afirmando que tuvieron el tiempo justo para poder ejecutar todas las operaciones de rescate.
“Superamos la tecnología porque no sé cuántos aviones vinieron (a ayudar en el rescate), pero entre nosotros decidimos ir al campo y lo hicimos y lo logramos”, continuó diciendo Ranoque, explicando además, junto con él otras 15 personas se mantenían buscando en la selva cuando ya los otros equipos de rescate habían desertado.
En su entrevista, Ranoque resaltó que los saberes indígenas fueron los que apoyaron la búsqueda, por lo que fueron claves en el hallazgo de los pequeños. Debido a sus condiciones de desnutrición y deshidratación, los niños tuvieron que ser remitidos a Bogotá para recibir la atención necesaria, donde residen hasta el momento.
El rescate de los niños perdidos
El 9 de junio de 2023 quedará marcado en la historia de Colombia como uno de los días donde la paciencia, el trabajo en equipo y la perseverancia de muchos colombianos rindieron frutos al encontrar con vida y rescatar a cuatro niños desaparecidos desde el 1 de mayo en la inmensidad de la selva.
Los nombres de Lesly (13 años), Soleiny (9 años), Tien (4 años) y Cristin (1 año) son símbolo de alegría y de esperanza en Colombia y en el mundo por haber sobrevivido durante 40 días en medio de la selva, además de los peligros delictivos con los que cuenta este territorio.
Los pobladores indígenas que estaban reforzando las actividades de rescate junto con el Ejército Nacional le compartieron a SEMANA videos sobre el momento exacto del encuentro del rescate de los cuatro menores.
Rescatistas: “Dios nos ha bendecido, bendito sea mi Dios, encontramos los niños”. “Dios nunca nos falla cuando uno lo pide con realidad”. ‘’Gracias, Mayor Eliécer, la fe los ha puesto en el camino que queríamos”, se escuchaba decir.
Esta frase se repitió más de una vez entre los presentes mientras los niños, en notable estado de desnutrición, estaban siendo abrazados por los rescatistas bajo un sol muy potente. Por su parte, otro estaba cantándole una canción de cuna a la niña más pequeña, a la cual tenía en sus brazos, y que recientemente cumplió un año, mientras estaba la deriva en la selva.
“Este es un gran momento, una gran bendición de Dios, con gran emoción y alegría de encontrar a esta familia, me quedan pocas palabras de decir”, expresó uno de los indígenas, mientras uno de los rescatistas agregaba: “Estamos entregando los niños a la Fuerza Armada Colombiana, los hemos encontrado a una distancia de 4 kilómetros y medio. Están haciendo una atención médica”.
Durante ese momento de euforia por parte de los adultos, trabajaron todos los actores del rescate a contrarreloj, ya que estaba teniendo lugar la puesta de sol.
Los militares siguieron alimentando a los menores con suero, les dieron varias cucharadas, mientras otros miembros limpiaban a los pequeños, debido a que estaban cubiertos de tierra y desorientados.
El Ejército dispuso de algunas carpas para utilizarlas como colchones. Al tiempo, los niños eran valorados por los uniformados y algunos miembros de las comunidades indígenas, hasta que fueron trasladados hasta el hospital Militar en Bogotá.