Estados Unidos y Reino Unido firmaron este jueves, 8 de junio, un pacto económico para impulsar la cooperación bilateral en un intento por contrarrestar la influencia de China en el marco de las tensiones en el Indo-Pacífico y reducir la dependencia de Rusia en el marco de la guerra de Ucrania.
“La ‘Declaración del Atlántico’ establece un nuevo estándar para la cooperación económica, impulsando nuestras economías hacia el futuro para que podamos proteger a nuestra gente, crear empleos y hacer crecer nuestras economías juntos”, señaló el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, en un comunicado.
Por su parte, la Casa Blanca ha resaltado en un comunicado que el pacto permitirá “construir cadenas de suministro resistentes, diversificadas y seguras”, así como impulsar tanto la transición energética como el crecimiento económico.
En concreto, la ‘Declaración del Atlántico’ incluye, entre otras cuestiones, un nuevo acuerdo de protección de datos y mecanismos para reducir las barreras comerciales entre ambos países. Además, establece una cooperación más estrecha entre sus industrias de defensa y un pacto comercial sobre minerales críticos, la inteligencia artificial y la seguridad energética.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro británico se han reunido previamente en Washington para discutir, además de los desafíos económicos comunes, una variedad de temas, como la guerra de Ucrania.
Sunak se reúne con Biden
La reunión tiene como eje la respuesta occidental en un momento crucial de la guerra en Ucrania, pero Sunak también hará hincapié en que el Reino Unido quiere desempeñar un papel importante en la regulación de la inteligencia artificial.
Cuando le preguntaron si la relación bilateral “especial” estaba en forma, Biden levantó el pulgar y respondió: “En muy buena forma”. La acogida amistosa refleja una relación bilateral mucho más fluida que la existente en tiempos de los ex primeros ministros británicos Boris Johnson y Liz Truss.
Durante la reunión, Sunak intentará reforzar su relación personal con Biden, recordando al presidente estadounidense sus raíces británicas lejanas. Aunque profundamente orgulloso de sus orígenes irlandeses-estadounidenses, Biden reconoce que tiene antepasados en Inglaterra, incluido su tatarabuelo Christopher Biden, un marinero del siglo XIX.
Sunak prevé regalarle una copia de un tratado sobre la disciplina a bordo de los barcos redactado por su tatarabuelo. Se desconoce cómo Biden lo retribuirá.
Estados Unidos ha elogiado el apoyo británico a Ucrania y no cabe duda de que el tema se abordará en el Despacho Oval, poco después de la destrucción de una importante represa ucraniana y en momentos en que aumentan las especulaciones sobre la contraofensiva anunciada por Kiev.
El primer ministro debería aprovechar el buen momento para insistir en su deseo de liderar la regulación de la inteligencia artificial pese a que Estados Unidos y la Unión Europea ya han empezado a debatir sobre el tema. Sunak anunció en Washington que Londres acogerá la primera cumbre mundial sobre inteligencia artificial el próximo otoño boreal.
El primer ministro británico dijo estar “encantado” con el apoyo que dijo que la Casa Blanca dará a esta iniciativa.
La cumbre de la Otan
La Alianza Atlántica celebrará en julio su cumbre anual en Lituania, que los occidentales aprovecharán para enviar un mensaje contundente sobre Ucrania.
El lunes Biden recibirá al actual secretario general, el noruego Jens Stoltenberg, cuyo mandato termina en octubre y a quien Washington cubre de elogios.
Ya se reunió con la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, de la que se dice que podría convertirse en la primera mujer al frente de la Alianza Atlántica.
En cuanto al comercio, el líder británico ha renunciado a lograr rápidamente un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, uno de los principales objetivos del Reino Unido después del Brexit.
Como otros líderes extranjeros pedirá excepciones a la política industrial de Joe Biden, plasmada en la llamada Ley de Reducción de la Inflación (IRA). Londres quiere un trato preferente para los fabricantes de automóviles en el campo altamente estratégico de las baterías eléctricas.
*Con información de Europa Press y AFP.