El 3 de enero, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, oficializó un nuevo equipo diplomático norteamericano, presentándolo a través de la página oficial de la Casa Blanca. En el listado destacó el nombre de la nueva embajadora en Colombia: Jean Elizabeth Manes.
Sin embargo, desde entonces ya han transcurrido ocho meses y Manes aún no es ratificada como la cabeza de la Embajada de Estados Unidos en Colombia. Esta demora se debe a que el Congreso norteamericano es quien tiene la última palabra, encargándose de ratificar o tumbar su nombramiento.
El proceso parece estancado. La nominación de Manes fue enviada al Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el cual preside el legislador demócrata Bob Menéndez. El paso a seguir es la citación a una audiencia de confirmación, instancia que aún no ve luz verde.
Actualmente, el cuerpo legislativo estadounidense prioriza las negociaciones sobre el presupuesto que le permite al Gobierno seguir operando, una discusión clave en el futuro económico inmediato de ese país.
A esto se suman las negociaciones de los presupuestos para el 2024 y el inicio de las campañas políticas, teniendo en cuenta que el próximo año habrá elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Pero el caso de Jean Elizabeth Manes y la Embajada de Estados Unidos en Colombia no es el único. Los demócratas manifiestan que se han encontrado con una especie de ‘operación tortuga’ orquestada por los republicanos, ralentizando la confirmación de los funcionarios nominados por Biden para diferentes cargos.
Una fuerte oposición contra Manes desde el primer momento
La nominación de Jean Elizabeth Manes para el cargo diplomático también tuvo resistencia desde la hora cero. Por ejemplo, el senador republicano Marco Rubio rechazó el nombramiento y anticipó que votaría en contra.
“Después de una cuidadosa revisión y consideración de sus calificaciones y desempeño en puestos anteriores, no puedo apoyar la nominación de Jean Manes para servir como embajadora de EE. UU. en Colombia. La misión diplomática de EE. UU. en Bogotá se encuentra entre las más importantes estratégicamente para los intereses tanto de nuestro país como para la estabilidad regional en el hemisferio occidental”, expuso el senador en ese momento.
“Necesitamos un embajador que participe de manera constructiva y que coordine con agencias y grandes equipos interinstitucionales para promover de manera efectiva los intereses de EE. UU. y que nos defienda de las amenazas en la región, incluyendo el narcoterrorismo, el tráfico ilícito y un narcorégimen autocrático desestabilizador en Venezuela. Aprecio y respeto el servicio y la larga carrera de la embajadora Manes, pero no puedo apoyar su nominación para este puesto de vital importancia”, complementó el legislador.
Teniendo en cuenta los focos que se oponen a que Manes asuma la Embajada en Colombia, la audiencia de confirmación tampoco avanzaría de manera sencilla. En ese orden de ideas, el futuro de la diplomática aún es incierto.
Vale recordar que Colombia no tiene embajador estadounidense desde junio del 2022, cuando salió del cargo el embajador Philip Goldberg, nombrado por el anterior presidente, Donald Trump, en 2019. Por ahora, el cargo es ocupado en funciones por Francisco Palmieri, aún a la espera de la persona que asumirá las riendas de la misión diplomática de manera oficial.
¿Quién es Jean Elizabeth Manes?
En su momento, el comunicado de la Casa Blanca confirmó que Manes es de Florida. Además, miembro de carrera del Servicio Exterior Superior.
La diplomática fue embajadora del Gobierno norteamericano en El Salvador, en medio de una creciente tensión entre la administración de Nayib Bukele y Joe Biden.
“Me enviaron como un puente y el Gobierno decidió no tomarlo”, dijo cuando abandonó El Salvador.
Manes también tiene amplio conocimiento sobre el conflicto en Colombia y ha visitado el país en varias oportunidades. Por ejemplo, en 2020, acompañó en Tolemaida al Ejército Nacional como embajadora subcomandante civil y asesora de política exterior del Comando Sur. Ese día compartió experiencias del aporte femenino a la fuerza pública.