Aplicaciones móviles como Tinder se han convertido en la alternativa empleada por algunos para conocer nuevas personas y, por qué no, para encontrar el amor. No obstante, el secreto para obtener el ‘éxito’ en ellas se fundamenta en reflejar una buena impresión frente a la ‘población objetivo’ a la que se busca llegar con el fin de lograr un ‘match’ o un visto bueno para seguir a la fase de conocerse.
En ese contexto, las autoridades de Albuquerque, en Estados Unidos, reportaron que a raíz de una casualidad, detectaron a un ‘usuario farsante’, que buscaba hacerse pasar por quien no era para lograr atraer los ‘me gusta’ de varias mujeres.
El hecho particular del cual dan cuenta los uniformados de la Oficina del Sheriff del condado de Bernalillo es precisamente que, en su afán por ‘hacerse el interesante’, un hombre, usuario de la aplicación, había afirmado ser un uniformado de referida estación, con tan mala suerte de que fue atrapado en su mentira, no por una eventual pareja, sino por los mismos policías de esa estación, quienes no solo pusieron en descubierto la farsa, sino que también procedieron a arrestarlo.
En su reporte, las autoridades de Albuquerque acusaron que el hombre, además de posar para varias fotografías vestido como oficial de Policía, también lució una pistola Glock de 9 milímetros, con la que pretendía darle mayor credibilidad a su ‘papel’.
Según recogen medios locales en Estados Unidos, el hombre que resultó descubierto fue identificado como Rico TreShon Dukes, de 26 años, quien ahora enfrenta cargos por hacerse pasar por oficial y además usar sin autorización prendas de usos privativo y una placa policial, los cuales se hacían evidentes en su perfil de Tinder.
Si bien puede parecer anecdótico o un hecho curioso para algunas personas, para los uniformados de la Policía de Bernalillo lo sucedido trascendía las barreras de lo ‘simpático’, y más allá de sentirse ‘halagados’ por que alguien considerara que el ser uniformado lo hacía más ‘atractivo’, se manifestaron preocupados, en tanto estas farsas minan la credibilidad en las autoridades.
“Eso genera mucha desconfianza y es preocupante porque esa persona podría influir en alguien, podría hacer algo nefasto de la naturaleza que no queremos”, afirmó a medios locales uno de los directivos de la unidad policial.
Sobre la forma en la que el farsante quedó en evidencia, los medios locales en Estados Unidos han referido que este fue descubierto gracias a que otro empleado de la red social Tinder también coincidiera con él en la plataforma de citas, y al evidenciar la existencia de la mentira, pues no conocía a ese ‘compañero’, decidió poner el caso en conocimiento de sus superiores.
Como parte de la estrategia para atraparlo, el referido empleado logró hacer match y al seguir a la fase de conocerse, logró cruzar algunas conversaciones con el falso policía, a quien –incluso– le preguntó cómo era su vida como uniformado, a lo que este respondió con mentiras y siguió alimentando la farsa, al señalar que era ayudante del alguacil, un trabajo que no era fácil.
Una vez constataron con todos los oficiales de la unidad policial que no se trataba de uno de ellos, la estrategia para capturarlo pasó a un tercer nivel, al lograr concretar una cita para conocerse.
Si bien el hombre hubiese podido frenar su farsa, para sorpresa de los uniformados, este había optado por seguir defendiéndola e incluso llegó a la cita uniformado, que además de insignias, comprendía armamento que incluía una pistola y varios cargadores; ‘tenía la película bien montada’.
En medio de la investigación, uno de los hechos que mayor preocupación sembró al alguacil local fue la forma como el hombre había podido acceder a la ropa de uso privativo; no obstante, se pudo determinar que este había accedido a los uniformes de manera legal, en tanto había afirmado estar grabando un material promocional para la estación de Policía.
El hecho despertó preocupación en las autoridades, en tanto pudieron evidenciar que, en efecto, no se cumplió con la debida verificación que debe hacer la tienda para verificar si en efecto el comprador es o no es un oficial, estrategia para evitar que este uniforme cayera en manos equivocadas, poniendo esto cómo precedente para otros eventuales errores.
Una de las curiosidades del alguacil ahora, además de identificar cuántas personas más podrían haber obtenido en forma irregular un uniforme, es poder identificar qué buscaba el hombre con hacerse pasar por policía, el tiempo que llevaba haciéndolo, y cuántas ‘víctimas tuvo’, aunque para imputar el delito de suplantación, no hace falta más que las pruebas que ya habían sido recaudadas.
Dentro del historial del policía falso, además de haber solicitado trabajo en la estación, se encontraba un historial de delitos menores. De momento, el hombre se encuentra inmerso en un proceso, por lo que las autoridades están buscando a personas que eventualmente hubiesen podido configurarse cómo víctimas de la farsa.