La relación de larga data entre Estados Unidos y Colombia parece estar atravesando un momento de cuidado, luego de que un comité del Congreso norteamericano pusiera la lupa sobre el gobierno del presidente Gustavo Petro, y presentara un proyecto para comprometer la ayuda que recibe el país.
Aunque se trata de un primer paso que necesita superar otros filtros, sienta un llamado en términos de relaciones.
El encargado de presentar la iniciativa fue el legislador republicano y representante por Florida, Mario Diaz-Balart, quien propuso “diferir” la asistencia a la nación en el año fiscal 2024. Según expuso, el anuncio se basa en el ‘recelo’ que ha despertado en algunos sectores la gestión adelantada por el mandatario en casi un año de su llegada a la Casa de Nariño.
“Me enorgullece ser parte de la mayoría republicana para devolver la cordura fiscal al proceso de asignaciones y reducir los gastos fuera de control. Gasto que caracterizó a la anterior Mayoría Demócrata. (...) El proyecto de ley es sencillo. Si eres amigo y aliado de los Estados Unidos, los Estados Unidos están contigo. Si usted es un adversario que amenaza nuestros intereses de seguridad nacional, trabajaremos para poner fin a sus actividades malignas y proteger a los estadounidenses”, dijo Diaz-Balart.
En esa línea, Mario Diaz-Balart hizo hincapié en el acercamiento del mandatario colombiano con gobiernos como el de Nicolás Maduro.
“Diferir las decisiones de asistencia y seguridad sobre Colombia, reflejando la incertidumbre de la Comisión sobre la gestión presidencial de Gustavo Petro, su postura frente al narcotráfico y sus relaciones con Venezuela, Cuba y Rusia. Con un monto de asistencia previa de casi 500 millones [de dólares] anuales, la Comisión quiere observar cómo se desarrollan los acontecimientos en Colombia”.
La respuesta de los demócratas
Como parte de su discusión, el proyecto deberá ser evaluado tanto por la Cámara de Representantes como por el Senado (integrado, en su mayoría, por el Partido Demócrata). Una de quienes abiertamente expuso su rechazo a la propuesta republicana fue la congresista Barbara Lee, quien afirmó que buscaría evitar su puesta en marcha.
“La prueba moral del Gobierno es cómo tratamos a nuestros más vulnerables, no solo en los EE. UU., sino en todo el mundo. El proyecto de ley de financiación del Partido Republicano no brinda asistencia a quienes más la necesitan. Como miembro de rango de @AppropsDems State & Foreign Ops, lucharé contra estos recortes”.
En contra de la propuesta también se pronunció Rosa DeLaura, integrante de Asignaciones de la Cámara Demócratas. “El proyecto de ley de financiación de Seguridad Nacional de los republicanos de la Cámara politiza nuestra seguridad nacional y hace recortes dañinos a los programas que hacen que nuestra nación sea más segura. Rechazo estos recortes y lucho para proteger nuestra seguridad nacional”, dijo en su cuenta de Twitter.
Por otra parte, el proyecto de ley para el año fiscal 2024 ahonda en su ‘priorización’ para hacerle frente a China, país con el cual Washington sigue librando diferencias. Adicionalmente, este busca fortalecer el rol del Departamento de Defensa en la lucha contra la circulación de fentanilo y otro tipo de estupefacientes que derivan en suelo norteamericano.
También pretende modernizar las Fuerzas Armadas al invertir en aviones de combate, vehículos de combate táctico, submarinos de próxima generación y helicópteros, así como en la Unidad de Innovación de Defensa y los servicios militares para acelerar los procesos de adquisición.
Respecto a una optimización de la fuerza civil del Pentágono, el comunicado expresa que el proyecto entrega “fondos para acelerar la transformación digital de las prácticas comerciales del Departamento a través de la Oficina Principal de Inteligencia Artificial de Datos”.