En Virginia, Estados Unidos, la población no sale del asombro luego de que una mujer acabara con la vida de sus propias hijas. Las menores tenían 15 y 5 años, respectivamente, cuando en 2018 su progenitora apretó el gatillo en un apartamento de McLean.
The Washington Post informó que la señora, identificada como Veronica Youngblood, fue sentenciada a 78 años de prisión por el doble crimen del cual se justificó al decir: “no sé qué me pasó, algo explotó en mi mente”.
Los fiscales afirmaron que la inculpada compró una pistola poco más de una semana antes del fatídico desenlace y le dio a las niñas gomitas para sedarlas y ‘facilitar’ la consumación de sus ataques. La hija más pequeña murió en el lugar tras recibir un disparo en la cabeza, mientras su hermana alcanzó a llamar a las autoridades, pero falleció en el hospital.
Medios estadounidenses informaron que la menor, quien contactó al 911, fue impactada tanto en la espalda como pecho, pero consiguió ‘arreglárselas’ para alertar sobre lo ocurrido. Mientras una de sus hijas ya había muerto y la otra agonizaba, esta madre contactó a su expareja para confesar los asesinatos.
¿La custodia, el detonante?
El padre de las víctimas, Ron Youngblood, acusó a su expareja de cometer ambos asesinatos como el último recurso de ‘manipulación’ hacia él. “Esas chicas fueron una palanca para ella, una palanca para obtener lo que quería de mí”, dijo en lo reseñado por New York Post.
“Las madres y los padres tienen muchas responsabilidades, pero nada es más grave o importante que mantener seguros a sus hijos”, fueron las palabras de Randy Bellows, juez del Tribunal de Circuito del Condado de Fairfax, citado por The Washington Post. La Fiscalía había solicitado cadena perpetua por la gravedad de esos delitos.
Bellows agregó que “trágicamente, su madre se convirtió en el instrumento de su muerte”. Según las indagaciones preliminares, los hechos ocurrieron poco antes de una mudanza a Missouri (incluida en el acuerdo de custodia). Sin embargo, la ahora confesa autora tomó una decisión que no solo cambió su destino.
Sobre los cargos por los que enfrentará casi 80 años tras las rejas están dos por asesinato en primer grado y otros dos relacionados con el uso de armas de fuego. Veronica Youngblood, de origen argentino, fue encontrada culpable en marzo.
La defensa de la mujer inculpada
De acuerdo con The Washington Post, la defensa de esta mujer apeló a traumas que vivió desde su infancia como supuestos abusos sexuales por parte de familiares. La argentina quedó embarazada cuando tenía 16 años y habría ingresado al mundo de la prostitución para supuestamente sacar a su familia adelante.
“En mi vida he tropezado con grandes obstáculos. Pero me he levantado muchas veces. Me levanté porque tenía responsabilidades (sus dos hijas)”, dijo la señalada. “Pero esta vez, cuando tropecé, no pude levantarme. Y ahora lo único que tengo son recuerdos”, añadió, citada por ese diario estadounidense.
En el marco del juicio, la argentina se declaró inocente al argumentar un estado de demencia; no obstante, su alegato fue desestimado y se dio paso a la sentencia. Daily Mail señaló que algunos integrantes del jurado consultaron si era posible recibir terapia, tras quedar “perturbados” con la llamada que hizo la niña al 911.
Ese medio informó que por media hora, la argentina habló sobre las dificultades en la crianza de sus hijas. “He sido una buena madre, pero algo pasó, no sé cómo explicarlo” sostuvo. Los abogados de esta señora habían pedido, sin éxito, que la sentencia fuera simultánea (ello hubiese derivado en una condena total de aproximadamente 40 años).