El estado de Alabama, en Estados Unidos, es el escenario de una dolorosa historia protagonizada por un policía local, quien en enero de 2022 posó como víctima por el que sería el ‘suicidio’ de su pareja, una joven que además se encontraba en estado de embarazo.
No obstante, el avance de las investigaciones permitió establecer que el ‘adolorido’ viudo era realmente el victimario.
De acuerdo con las autoridades, si bien en un primer momento, el ahora exagente policial dio parte a las autoridades de la muerte de su pareja, advirtiendo en la llamada al 911 que ella se había suicidado, la recolección del material probatorio ha permitido determinar que el uniformado, identificado como David McCoy y adscrito en su momento al condado de Huntsville era realmente el asesino.
El caso de la muerte de la mujer, identificada como Courtney Spraggins, empeora al tener como agravante la muerte también del bebé en proceso de gestación.
Según detallan medios locales en Estados Unidos, este inesperado giro en la historia se confirmó el pasado 24 de marzo, cuando los investigadores advirtieron que, tras el análisis del material probatorio recaudado en la escena de la muerte, pudieron evidenciar que el disparo que segó la vida de la joven fue realizado por McCoy.
Ello tuvo lugar cuando los dos se encontraban sentados en un automóvil en el estacionamiento de su residencia.
Así, una vez cometido el crimen, el hombre de 29 años procedió a dar parte a las autoridades a través de la línea de emergencia, ante quienes afirmó que había escuchado sonidos de disparo en el área próxima a su vivienda, afirmando, como parte de su coartada, que él se encontraba dormido y que la detonación le despertó.
El hombre entregó información adicional a la operadora de la línea de emergencia, al afirmar que el disparo que escuchó podría, según su experticia, corresponder a un arma de bajo calibre.
Aquel día el funcionario público se encontraba de descanso, por lo que se encontraba en su casa.
Atendiendo a la llamada de emergencia de su compañero, los uniformados llegaron al lugar para descubrir dentro del carro el cuerpo ya sin vida de la joven de 26 años, quien estaba sentada en el automóvil de la pareja, más precisamente en el puesto del conductor, y presentaba un disparo en la frente.
Tras ser encontrado el cadáver, comenzaron las declaraciones incoherentes del uniformado, quien inicialmente afirmó haber visto alguna vez a la mujer, pero posteriormente negó conocerle; sin embargo, dentro del carro, los investigadores encontraron una foto de la pareja, así como el registro de conversaciones y llamadas que daban cuenta de la obvia relación entre los dos.
En el mismo marco de las investigaciones, se conoció que, pese a la existencia de una relación, e incluso un bebé en camino, la pareja no vivía junta, pues él compartía vivienda con otra mujer y había pedido a su novia un tiempo para arreglar su situación sentimental y ahí sí emprender una vida juntos.
Una de las conversaciones encontradas en el móvil de la mujer que presuntamente se había suicidado mostraba un intercambio de mensajes con el agente policial en que ella le pedía soluciones frente a la situación y solicitaba ‘acciones’, a lo que él había respondido que lo más pertinente era “una bala en la cabeza”.
Tras la aparición de las pruebas, el ahora exagente policial fue citado por los investigadores para conocer su declaración, en una audiencia en la que el uniformado terminó por admitir el crimen. Esto se sumaba a la existencia de resultados positivos en las pruebas dactiloscópicas del hombre con las que se determinó que él había activado el arma, que además fue encontrada en su vivienda.
Tras determinar la responsabilidad del hombre, el jefe de la policía de Huntsville, Mark McMurray, informó el retiro del uniformado.
Tras la determinación de responsabilidad del hombre, se espera que en una audiencia programada para este martes, 4 de abril, se pueda conocer el castigo a ser impuesto al policía.