Estados Unidos se caracteriza por ser uno de los países que, a nivel global, tiene una alta actividad sísmica al ubicarse en el Cinturón de Fuego del Pacífico. Prácticamente a diario, las autoridades registran constantes movimientos telúricos, algunos de mayor y otros de menor magnitud.
Este miércoles (11 de octubre), el Servicio Geológico (USGS, por sus siglas en inglés) dio cuenta de un temblor (con magnitud 2,5) en el sureste de Hawái. Previamente, el epicentro de otro evento estuvo al oeste de Texas, cuya fuerza se situó en 2,7; entre los lugares cercanos se destaca Whites City, Carlsbad, Artesia y Hobbs (estos en Nuevo México).
Durante la jornada anterior, el país norteamericano también fue sacudido por varios sismos, aunque la mayoría de fuerza ‘moderada’. Uno de los últimos se presentó en Alaska (2,5), 24 kilómetros al norte de Fox River. Los sitios aledaños al foco fueron Anchorage, Eagle River, Knik-Fairview y Whitehorse (este último en Yukón, Canadá).
De acuerdo con el portal Vive Usa, al tomar como referencia información de USGS, entre las zonas donde más tiembla en Estados Unidos se encuentra Arkansas, Hawái, Nevada y Washington. Otras son Wyoming, Montana y Missouri.
¿Por qué aumentan los terremotos?
¿La cantidad de temblores, sismos o terremotos que se presentan en el mundo (cuya denominación varía, según la magnitud y consecuencias) son un ‘presagio’ de un fenómeno natural de altas proporciones? Ese es uno de los interrogantes a los que el Servicio Geológico Estadounidense intenta dar respuesta en su sitio web oficial.
Según ese organismo, tanto las temporadas de alta o baja actividad sísmica no representan un indicio de que se avecinan; por ejemplo, terremotos con efectos devastadores. Aunque 2023 ha sido un año de fenómenos catastróficos para países como Turquía, Siria, Marruecos y Afganistán, ello no responde a una relación directa con sacudidas anteriores.
Si bien es cierto que algunas zonas tienen mayor exposición tanto a sismicidad como a efectos letales, para los expertos no resulta posible saber, exactamente, cuándo volverá a sacudirse la Tierra. Por ello, y ante la incertidumbre, generalmente se invita a conocer las acciones básicas de prevención y a tomar durante una emergencia.
“El Centro Nacional de Información sobre Terremotos localiza actualmente unos 20.000 terremotos en todo el mundo cada año, o aproximadamente 55 por día”, explica el USGS en su página web. “Como resultado de las mejoras en las comunicaciones y el mayor interés en los desastres naturales, el público ahora aprende sobre los terremotos más rápidamente que nunca”, añade.
De acuerdo con ese organismo, 2010 se catapultó como el año con la tasa más alta de movimientos telúricos con magnitud igual o superior a 7,0. En total, hubo registro de 23 eventos como estos. En otros años el compilado fue inferior o equivalente a 16.
Medidas prioritarias durante un terremoto
Organismos como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) destacan las recomendaciones más comunes durante una emergencia. Las sacudidas integran las más frecuentes, razón por la cual no deben pasarse por alto.
- Una de las primeras acciones es agacharse y cubrir tanto cabeza como cuello.
- Se recomienda ubicarse bajo una mesa en lo que dura el temblor, antes de proceder a evacuar.
- Es necesario tener identificados los puntos de encuentro y las salidas de emergencia.
- Tener preparado un plan de evacuación y kit de emergencias (con elementos de primeros auxilios y alimentos no perecederos).
- Interrumpir cuanto antes los suministros de gas, agua y luz.
- Revisar la estructura de la vivienda u oficina. Nunca se debe ubicar bajo marcos de puertas o elementos propensos a caerse.