El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) es el máximo órgano que monitorea la actividad sísmica no solo en ese país sino a nivel global. Aunque la mayoría de los temblores no se sienten, llevar un compilado le permite a los expertos hacerse a una ‘idea’ de las zonas más proclives a sacudidas, sin que ello signifique poderlas anticipar.
Aunque un temblor no tiene un solo lugar de foco, sí hay zonas catalogadas de mayor riesgo y sobre las que tanto autoridades como población prestan mayor interés. En la nación norteamericana todos los días tiembla, pero hay jornadas en las que solo hay unos cuantos registros, mientras otras superan la decena.
De acuerdo con USGS, citado por VIVA USA, algunos de los sitios donde sus habitantes están más expuestos son California, Utah, Alaska, Missouri, Oregón y Hawái. La lista se extiende a otros que incluyen Nuevo México, Kentucky e Illinois, muchos de los cuales pueden presentar más de un reporte por jornada.
¿Cuáles fueron los últimos sismos en EE. UU.?
En la madrugada de este lunes (23 de octubre) se reportó actividad 8 kilómetros al este de Coso Junction (California) con una profundidad no superior a los 1.5 kilómetros y magnitud de 2,6. Las zonas más cercanas al epicentro fueron Little Lake, Olancha, Inyokern y Ridgecrest. California es uno de los estados con más sacudidas.
Durante la jornada anterior, el último reporte (2,9) se situó a 3 kilómetros de Capulin (Nuevo México); siendo los lugares aledaños: Los Álamos, Española, Santa Fe y Enchanted Hills. Este estuvo precedido por uno más en Puget Sound region (3,1), Washington. Anteriormente, el foco estuvo en Yakutat (Alaska), cuya fuerza fue de 2,5.
Este domingo, a las 8:49 a. m., la tierra se sacudió con una magnitud igual a 3,6, a 130 kilómetros de Chalkyitsik (también en Alaska) y; de acuerdo al Servicio Geológico estadounidense, los lugares próximos al epicentro fueron Badger, Fairbanks, College y Whitehorse (este último se ubica en Yukón, Canadá).
A las 7:38 la actividad sísmica se concentró en Karluk, Alaska, siendo la magnitud de 2,7 y la profundidad equivalió a 7,5 kilómetros. Más temprano, el oeste de Texas fue el foco (2,8) y el USGS destacó como las zonas aledañas Carlsbad, Artesia y Hobbs (estos tres en Nuevo México) y Chihuahua (México).
Durante ese mismo día, uno de los sismos más fuertes (3,8) lo sintió Alaska, 57 kilómetros al oeste de Nanwalek. Anchorage, Eagle River, Knik-Fairview y Whitehorse fueron los puntos no muy lejanos al epicentro.
¿Qué detona los sismos?
Como se ha referido en otras oportunidades, los movimientos telúricos están relacionados con el Cinturón/Anillo de Fuego del Pacífico, siendo una zona de unos 40.000 kilómetros (con forma de herradura) que abarca decenas de países. Allí se concentran prácticamente todos los temblores y/o terremotos en el mundo.
El Servicio Sismológico Nacional mexicano (SSM) describe los sismos como una liberación de energía que se traduce en la propagación de ondas. Pero, ¿cómo se llega a ese punto? Según dicho organismo, ello responde al contacto de unas placas tectónicas con otras que dan paso a una “ruptura violenta y la liberación repentina de la energía acumulada”.
Sobre la manera en que se detectan, el SSN alude a los sismógrafos, instrumentos para evaluar la intensidad, sitio, réplicas y otras características de las sacudidas. Respecto a la duración, estas no tienen un estimado, pues podría variar de acuerdo al lugar. Además, es diferente el lapso percibido por la gente al detectado en el monitoreo.
En alusión a las réplicas, estas ocurren tras un temblor que puede ser de magnitud ‘considerable’ y mientras las rocas se “reacomodan”.