En tiempos difíciles, más cuando se encuentra un conflicto bélico de por medio como lo es la invasión de Rusia a Ucrania, las alianzas entre países son más importantes que nunca.
Precisamente, la Otan ha desempeñado un papel importante para contrarrestar el avance del ejército ruso y que el gobierno de Vladimir Putin tenga influencia en Occidente.
Incluso, países que se consideraban neutrales han buscado en la Otan ayuda para ser parte de la organización y protegerse de Rusia, como lo son Finlandia y Suecia.
Finlandia ya hace parte de la Otan, sin embargo, Suecia no ha podido ingresar debido a que Turquía y Hungría han puesto trabas en el proceso.
Ante esto, el senador republicano James Risch, el miembro de mayor rango en la comisión de Asuntos Exteriores del Senado de Estados Unidos, frenó una venta del sistema lanzamisiles HIMARS por valor de 735 millones de dólares a Hungría en represalia por el bloqueo que ha impuesto a la adhesión de Suecia en la Otan.
“Desde hace algún tiempo, he expresado directamente mis preocupaciones al Gobierno húngaro con respecto a su negativa a avanzar en la votación para que Suecia se una a la Otan”, dijo Risch en declaraciones a The Washington Post.
“Por el hecho de estar en junio y que todo siga igual, he decidido que esta nueva venta de equipamiento militar estadounidense a Hungría se suspenderá”, enfatizó el senador por Idaho, quien le ha pedido a Budapest a desbloquear su postura si quiere recibir el paquete, que incluye 24 baterías de lanzacohetes HIMARS y más de cien misiles y otras piezas de apoyo y complementos.
Todas las ventas importantes de armamento requieren que el presidente y los miembros de mayor rango de los comités de Asuntos Exteriores del Senado y la Cámara de Representantes de el visto bueno antes de que el Departamento de Estado haga oficial la venta. La negativa de Risch impide, por tanto, seguir adelante.
La petición de Suecia y Finlandia para unirse a la Otan, rompiendo así con siglos de neutralidad, tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania se considera una de las sorpresas geopolíticas que ha recibido el presidente Putin.
Sin embargo, el proceso ha sido más lento de lo previsto después de las reticencias que Turquía y Hungría, principal socio de Moscú en Occidente, han puesto.
En un principio, ambos países nórdicos pretendían entrar de manera conjunta, sin embargo, el bloqueo que han presentado desde Ankara y Budapest solo permitió que lo hiciera Finlandia.
En el caso de Suecia, por un lado, Turquía acusa al país nórdico de no hacer lo suficiente para combatir a los grupos kurdos de oposición, a los que considera terroristas, ni castigar las protestas contra el islam en las que se queman ejemplares del Corán, mientras que Hungría le reprocha sus ataques a las leyes húngaras.
Se desconoce si esta acción pueda presionar al Gobierno de Hungría para que Suecia pueda, al terminar 2023, ser parte de la Alianza, la cual ha tenido que entrar en acción por cuenta de la guerra en Europa del Este.
*Con información de Europa Press.