Los últimos meses han sido la continuidad de un desafío para las autoridades estadounidenses en su lucha contra la crisis migratoria. La derogación del Título 42 (en mayo de este año) no impidió que más personas siguieran intentando cruzar irregularmente por la frontera con México, elevando la ‘ira’ en Texas y Florida.
Esos dos estados han agudizado sus medidas para impedir tanto la permanencia de indocumentados como sus intentos de acceso al país. Ambos mandatarios locales han mantenido sus choques con la administración de Joe Biden sobre cómo se ha gestionado el flujo irregular y más cuando se trata de arribos masivos.
Por otro lado; recientemente el alcalde de Nueva York, Eric Adams, reconoció que el flujo de extranjeros (sin papeles en regla) se estaba saliendo de control y llevando los refugios al punto del colapso. En un encuentro municipal resaltó la necesidad de tomar acciones inmediatas y también cuestionó a Biden por ‘falta’ de apoyo.
“No veo una solución a esto. Este problema destruirá la ciudad de Nueva York. Recibimos 10.000 migrantes al mes”, aseguró Adams. “En un momento estábamos solo con Venezuela, ahora Ecuador, rusohablantes que vienen desde México, llegamos a África occidental, gente de todo el globo”, añadió.
Las medidas en Texas
En su cuenta de X el gobernador texano, Greg Abbott, anunció que oficialmente declaraba una “invasión” en la frontera y acusó al presidente Biden de llevarlo a tomar esa medida. El mandatario afirmó que se desplegaría la Guardia Nacional del estado, el Departamento de Seguridad Pública (DPS) y las fuerzas del orden locales.
“Estamos construyendo un muro fronterizo, alambre de púas y barreras marinas. También estamos repeliendo a los inmigrantes”, admitió Abbott como parte de las últimas medidas para limitar las intenciones de ingresar de forma irregular.
El gobernador hizo el anuncio al difundir una carta dirigida al presidente Biden en la cual expuso las razones que, según él, lo motivaron a agudizar sus restricciones.
“El fracaso del gobierno federal me ha obligado a invocar el artículo 1, apartado 3 de la Constitución de los Estados Unidos, permitiendo así al estado de Texas proteger su propio territorio contra la invasión de los cárteles mexicanos de la droga”, se lee en la misiva.
“Su inacción ha llevado a consecuencias catastróficas. Bajo su mirada, América está sufriendo el volumen más alto de inmigración ilegal en la historia de nuestro país”, continuó Abbott, antes de afirmar que durante 2022 más de dos millones de personas habían intentado ingresar sin papeles.
El mandatario añadió que los texanos estaban “pagando” las consecuencias por las políticas del demócrata. “Los ranchos han sido destrozados y las casas son vulnerables a la intrusión. Nuestras comunidades fronterizas se ven perturbadas periódicamente por traficantes de personas”, añadió.
Abbott también puso la lupa sobre el fentanilo, una droga mortal que está expandiéndose en Estados Unidos y cuyas consecuencias han quedado incluso plasmadas en video. Por ejemplo, hace algunas semanas trascendió el panorama en otros lugares como Filadelfia donde sus consumidores parecían actuar como ‘zombies’.
Peligro en la frontera con México
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) presentó un informe en el cual aseguró que la frontera entre México y Estados Unidos había sido la “ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo” durante el año pasado.
Ese organismo contabilizó 686 fallecimientos y desapariciones de migrantes, lo cual pone en evidencia el riesgo al que están expuestas cientos de personas. La OIM reconoció que las cifras podrían ser mucho mayores, si se tiene en cuenta los casos de los que no hay registro.
“Estas cifras alarmantes son un claro recordatorio de la necesidad de que los Estados adopten medidas decisivas (...). Lo que se necesita es que los países actúen sobre la base de los datos para garantizar que se pueda acceder a rutas migratorias regulares y seguras”, dijo Michele Klein Solomon, directora Regional de la OIM para América Central, del Norte y el Caribe.