En medio del peligro que supone la entrada ilegal a Estados Unidos a través del río Grande; conocido también como ‘el hueco’, en la frontera sur de ese país, autoridades del Estado de Texas confirmaron que la noche del pasado miércoles, 20 de septiembre, se registró un lamentable hecho que cobró la vida de un menor de tan solo tres años.
Si bien las autoridades no han precisado la nacionalidad ni identificación del pequeño, víctima de las aguas que dividen a Estados Unidos de México, sí señalaron que se trataba de un migrante ilegal, quien intentó entrar a su país a través del paso fluvial, acompañado por sus padres y otros miembros de su familia.
El hecho, según precisan medios locales, tuvo lugar en inmediaciones de la localidad de Eagle Pass, en el Estado de Texas, donde las fuertes corrientes terminaron por arrastrar al menor, cuando su familia intentaba burlar la llamada barrera marina flotante, dispuesta por las autoridades en medio del aumento de la diáspora de migrantes ilegales que están llegando a su país.
De acuerdo con las autoridades locales, el hecho ocurrió pese a que la Unidad Marina Técnica intentó brindar el debido apoyo a la familia; no obstante, sus miembros indicaron que la fuerza de las aguas, había terminado por arrastrar al menor, cuyo cuerpo fue encontrado aún con vida algunos metros más abajo del cauce fluvial.
Sin embargo, pese a que el menor fue llevado con vida hasta un centro de atención médica, al llegar allí, los médicos lo declararon muerto, advirtiendo que el niño se había ahogado producto de la maniobra ilegal para entrar al país.
El hecho se produjo en medio de las acciones que intentaba adelantar la familia, luego de sortear algunos de los obstáculos dispuestos por el propio gobernador de Texas, Greg Abbot, quien en las últimas semanas se ha visto sorprendido por el aumento exponencial del número de migrantes que llegan a Estados Unidos a través de su territorio y de forma ilegal.
En ese mismo sentido, medios locales advierten que la noticia del deceso del inocente niño de tres años llega en momentos en los que el movimiento migratorio se ha visto en notable aumento, pese al endurecimiento de las medidas restrictivas impuestas por el propio Gobierno de Estados Unidos para poner límite al ingreso de ilegales provenientes de centro y Sudamérica, huyendo de la difícil situación económica y social que atraviesa buena parte del continente.
Tras confirmarse la muerte del menor de tres años, según recogen medios locales en Estados Unidos, se conoció un pronunciamiento oficial por parte del alcalde local, quien lamentó lo ocurrido y explicó que su territorio se vio obligado a endurecer las medidas de control migratorio, explicando que en semanas recientes el flujo ha permitido el ingreso de hasta 7.000 personas ilegales en los recientes días.
El hecho ocurrió en una zona peligrosa
Sobre el lugar de la muerte del niño, autoridades han explicado que el río Bravo presenta varias profundidades, y que si bien en algunos puntos las aguas permiten pasarlas a pie sin ningún problema, otras sí son muy ondas, y están marcadas por los puntos de control de las autoridades en pro de cazar ilegales para deportarlos a su país.
En esas partes ondas, precisamente, se produjo la muerte del menor, respondiendo a una zona en la que el río tomó fuerza y terminó arrastrándolo.