Los nombres de Timothy Treadwell y su novia, Amie Hugenard, han trascendido nuevamente en los últimos días, a cinco meses de que se cumplan 20 años de su trágico final. La historia de los estadounidenses, estuvo marcada por el amor a la vida silvestre, particularmente los osos, siendo uno de estos el que los atacó hasta provocarles la muerte.

El parque de Alaska Katmai fue escenario de un fatídico desenlace para los norteamericanos el 5 de octubre de 2003, cuando fueron sorprendidos por un oso pardo, mientras acampaban. Su presencia en ese lugar no era otra más que hacer un documental sobre esta especie, misma que Treadwell defendía a ‘capa y espada’ y de la que terminó siendo víctima.

No era la primera vez que este hombre arriesgaba su vida para llevar un mensaje de que este tipo de animales necesitaban protección; de hecho, se estima que fueron 13 las temporadas en las cuales coexistió con ellos. Sin embargo, el traspasar sus propios límites de seguridad acabó con su objetivo y lo dejó sin escapatoria.

El ecologista era un 'amante' de los osos (imagen de referencia). | Foto: Getty Images / DeMoN89

El ecologista había encontrado su inmersión en la vida salvaje como refugio, después de recuperarse de las drogas y tras sus aspiraciones por catapultarse en la actuación.

El momento de la tragedia

Su cercanía con este tipo de animales llevó a que el ecologista estadounidense entregara ‘de más’ su confianza al hablar de una conexión particular con la cual pensaba que su exposición al peligro era menor. “Mírenme cuánto amo a los osos, cómo los respeto, cómo soy uno de ellos”, dijo en su momento, según recogieron diarios como La Nación.

La muerte de Timothy Treadwell y Amie Hugenard tuvo lugar un día antes de que fueran recogidos de aquel parque natural en un helicóptero. En horas de la noche la pareja percibió a un oso acechando en su campamento y decidió encender su cámara. Aunque con la tapa puesta, el dispositivo capturó gran parte del ataque hasta cuando sus vidas se apagaron.

El desenlace fatal ocurrió el 5 de octubre de 2003, mientras la pareja estaba acampando (imagen de referencia, no alude al caso en mención). | Foto: Getty Images / Benjamin Rondel

Medios internacionales aseguran que él nunca cargó armamento durante sus expediciones, lo que le convirtió en ‘presa fácil’ de los animales sobre los que un día aseguró que entregaría su vida, aunque no “por sus garras y patas”. En octubre de 2003, Treadwell y su pareja tuvieron el acercamiento y enfrentamiento más directo del que no lograron escapar.

Terror de seis minutos

El descubrimiento de ese desenlace lo hizo el piloto que había acordado recogerlos, pues tras llegar a la zona lo inquietó el silencio encontrado y tras sus constantes gritos no recibió respuesta de Treadwell ni Hugenard. Así fue como sobrevoló el área y halló a un oso pardo devorando una caja torácica.

Una vez los guardabosques llegaron al lugar abatieron al animal, cuyo estómago albergaba ya rastros de ropa y restos (también presentes en las inmediaciones). Entre los objetos que las autoridades descubrieron estaba la cámara de la pareja, elemento clave para ahondar sobre sus últimos minutos de vida.

El ataque se produjo un día antes de que la pareja fuera recogida en helicóptero. | Foto: Getty Images / Chris Tobin

Según medios internacionales, el primero en ser agredido fue el documentalista, quien habría alertado a su novia sobre el ataque. “¡Sal de aquí!, ¡me están matando aquí!”, recopiló The Mirror. La mujer habría tomado un sartén como medio de defensa; no obstante, sus intentos fueron en vano, pues la cinta termina con un silencio ‘abrumador’.

“Ambos están gritando, ella le dice que se haga el muerto, luego cambia a contraatacar. Él le pide que golpee al oso (...). “Hay tanto ruido. No sé qué es él y qué podría ser un animal”, dijo en su momento el policía, Chris Hill, citado por CBS News. “Es bastante inquietante. Sigo escuchándolo en mi mente”, añadió.