Abriaquí, Ebéjico, Peque, Ponedera, Usiacuri, Tiquisio, Lloro y Distracción, entre muchos otros, son algunas de las denominaciones que asignaron los ancestros para bautizar municipios. Ubicado en el nordeste del departamento de Antioquia, el municipio de Vegachí nació en 1950 y su nombre deriva de la contracción de las palabras Vega y China; en el paraje conocido como Vegas de China se formó originalmente un caserío cuyo nombre era Vegachí. Otros municipios antioqueños de nombres no muy comunes: como Angelópolis, Anza, Caramanta, Ebéjico, Liborina, Peque, Uramita, Vegachí y Yalí. En Atlántico hay otra serie de municipios como Luruaco, Ponedera, Repelón, Suan, Tubará, Usiacurí. Este último, descubierto en 1533, es uno de los pueblos más antiguos de la Costa Atlántica. Su nombre está formado por la combinación de los términos Usía que significa Señoría y Curí, nombre del cacique que habitaba ese lugar. En Bolívar, existen poblaciones como Achí, Cicuco, Mahates, San Estanislao, Soplaviento, Tiquisio y Talaigua nuevo (denominado así porque con la llegada de los españoles los indios del lugar estaban dirigidos por el cacique Talaygua). En adelante, hay gran cantidad de municipios de nombres “raros” como: Beteitiva, Busbanza, Chiscas, Chita, Firavitoba, Jenesano y Oicata (Boyacá); Solita, Astrea y Chima (Córdoba); Bituima, Puli, Supata y Tena (Cundinamarca); Istmina, Lloro y Sipi (Chocó); Aipe, Hobo e Isnos (Huila); Distracción (Guajira); Buesaco, Cuaspud-Carlosama y Chachagui (Nariño); Bochalema, Bucarasica y Hacari (Norte de Santander) y Apia (Risaralda), entre otros.