Slipknot ya no le pertenece a Slipknot, sí a los millones que alrededor del mundo los reconocen desde los noventas como una tromba musical y un asalto poderoso a los sentidos. Su mezcla de guitarras crujientes, ráfagas de batería, percusiones, scratches, y voz comandante la convierten en una de esas agrupaciones que se reconocen tras un par de acordes. En casi 25 años han logrado jamás traicionarse sin dejar de experimentar.
Eso no significa que no hayan pasado las duras y las maduras. Como banda han sufrido la partida de integrantes, la muerte de uno de ellos y, recientemente, vivieron un episodio difícil en México. Por causa de una barrera derribada por el público cancelaron la presentación. La decisión desencadenó la demencia de algunos asistentes que llegaron a quemar instrumentos.
Corey Taylor mira para adelante pero, antes de hablar de lo que viene en el concierto en Colombia y de lo que representa el Knotfest, cuenta su versión en esta entrevista. Lleno de aplomo y claridad, el cantante de ese combo numeroso y deliciosamente frenético que regresa a Bogotá habló con ARCADIA sobre un espectáculo que probará que "la tercera es la vencida" y sobre el valor de no aislarse para crear.
Hola, Corey, ¿cómo van las cosas?
Van bien, de hecho. Hoy tenemos concierto en Costa Rica y luego vamos a Bogotá, muy listos para esta parte final de la gira.
Es inevitable preguntarle sobre México, ¿cómo lo vivió?
Aún trato de procesarlo. Fue una decisión que tomamos por la seguridad de nuestros seguidores. No había la más mínima posibilidad de que siguiéramos con una barrera caída, sin importar los esfuerzos que se hicieron por repararla. No concebimos poner en riesgo a nadie.
Ahora, mucha gente se dio cuenta de esto y se marchó frustrada, claro, pero sabiendo que intentaríamos luego hacer algo para repararlo. Sin embargo, unos vándalos, a quienes no puedo llamar fans, decidieron que iban a destruir el equipo de una banda que lo único que tenía en mente era su seguridad. Espero que esos hijos de puta estén felices, lograron destruir algo maravilloso. Aún me perturba.
Cuando surgió el problema nos preocupamos, y es lo que hemos hecho siempre y lo que seguiremos haciendo. Es muy desafortunado que ese grupo de bastardos haya actuado así. Definitivamente no fueron todos, pero sí culpo a esos que quedaron registrados descaradamente en video tratando de crear caos. No lo olvidaremos.
Ha sido el punto más bajo de un festival que, de resto, ha sido muy exitoso. Han venido dos veces, ahora regresan con su festival y disco nuevo, ¿qué puede esperar Colombia del show?
Puede esperar un espectáculo más grande, un set más largo. Llevaremos el show que la gente ha esperado, con mucha energía, pasión, tratando de cubrir todas las canciones que la gente espera. Y nos vamos a asegurar de que esa espera valga la pena. De eso se trata para nosotros, de pasión, intensidad y de llevar a la gente a olvidar todo lo que la jode y a cantar con nosotros.
Casi 25 años de carrera han traído puntos muy altos, muy bajos, la partida de integrantes, la muerte. ¿recuerda momentos específicos cuando mira atrás?
Es la vida. Se sube y se baja. Esto me ha dado emociones y me ha partido el corazón, pero en general estoy muy orgulloso de la banda por seguir adelante frente a la pérdida y la adversidad. Los integrantes actuales dejamos de lado nuestras diferencias porque sabemos que esto nos supera; no es solo nuestro, es de los seguidores, y eso nos lleva a apreciarnos más. Con esa meta común, me alegra mucho que después de tantos años podamos ofrecer algo así de especial. No es solo un grupo de tipos brincando en el escenario. Nos importa, nos importa mucho lo que hacemos, eso explica porqué estamos tan afinados. Para mí, ese es el punto a recordar: llevamos más de 20 años y esto es más grande que nunca. Es un orgullo enorme.
Todo el impulso de ir más allá y crear una disquera y un festival, ¿obedece a que son tantos?
Hay un liderazgo y una visión: impulsamos a la banda pero también al género. Es nuestra responsabilidad ayudar a la generación de bandas de heavy metal que viene, el mainstream no va a contribuir así que lo asumimos.
Una de las razones de ser del Knotfest es ser una plataforma para bandas emergentes y enfrentarlas a un público que puede haberlas escuchado o no. Darles el chance de convertirse esa próxima ola que lleva al heavy metal al futuro. Y por eso el festival sigue creciendo, porque pone el énfasis, más allá de nosotros, en talentos que tratan de expandir el género y de ser más grandes y mejores.
Una joya de su más reciente álbum We Are Not Your Kind.
2019 ha sido un año interesante para el género. ¿Cómo ve la escena rockera?
Pasan cosas interesantes de un lado, pero falta mucho. Algunas bandas como tool y nosotros regresamos con sendos discos y me gusta mucho lo que conseguimos, pero el foco en la música dura se ha perdido. Se mira mucho a este rock suave y débil que para mí no tiene vísceras, y a eso la gente hoy llama rock. Yo no lo siento así, yo necesito más intensidad de mi rock, algo que vaya más allá de peinados raros y teclados.
Me es importante representarlo todo, no solo un lado, así cruce la línea de lo ofensivo. Porque si no se puede crear arte genuino, ¿cuál es el punto? Lo falso, falso es. Nosotros tenemos la fortuna de llevar tiempo en esto, pero mientras el énfasis siga en este "rock" de hoy, no hay mucho futuro. Aún así, debo decir que esta música floja está llevando a muchos músicos a tomar otra ruta, a ser más extremos, más "en tu cara".
Desde esa perspectiva, ¿qué bandas lo mueven estos días?
Hay muchas. Ho99o9, en punto entre el hip hop y el hardcore, es genial. Hay bandas amigas como Code Orange, como Behemoth, que la gente ya empieza a apreciar por lo que son. Sin importar a donde lances la piedra encuentras al menos cinco bandas que merecen algo de atención. Es muy buena verlas ir contra lo establecido y mostrarle al mundo que todavía hay alma en el rock pesado.
Justo hoy se anunció que, según métricas de Spotify, Slipknot es la banda a la que la gente más recurre cuando está enojada, ¿tiene sentido para usted?
Seguro, ¿sabes por qué? Porque los calmamos, les ayudamos a descifrar esa furia en sus corazones. En parte tocamos esta música porque nos ayuda a calmarnos, a mantenernos cuerdos. La gente tiene la idea equivocada del heavy metal, cree que incita a la gente. Pero no, acudimos a esta música para mantenernos cuerdos y a salvo.
Han trabajado con grandes productores, Ross Robinson y Rick Rubin entre ellos, ¿sacaron lecciones de esos trabajo?
Creo que he aprendido mucho de toda la gente con la que he trabajado. Es el punto, aprender la mejor manera de crear tu música, y luego aprender con la gente nueva con la que trabajas. Eso es lo emocionante, desde Ross y Rick pasando por Greg Fidelman y productores con los que trabajé en Stone Sour. Siempre trato de aprender nuevas maneras para hacer música y, honestamente, es fantástico porque te da esa mirada, esa idea, ese pensamiento externo. Creo que la gente que se aísla deja de aprender mientras que el que explora reta la manera en la que la gente escucha. Además, tú puedes escribir la canción, pero grabarla, crearla, es un arte en sí.
¿Integrar otros proyectos, como lo hacen también otros integrantes, enriquece a Slipknot?
No estoy seguro. Algunos podrían decir que no se da una sin la otra. Yo hago música constantemente y una parte de mí necesita Slipknot y una parte de mí necesita Stone Sour. En el fondo, siempre quiero hacer música y eso es lo clave. Ahora, Stone Sour me ayudó a abrirme un poco más y Slipknot me llevó a dejar atrás preconcepciones sobre la música que quería hacer con Stone Sour y enfocarme en eso. Pero, al final, ambas bandas son igual de fuertes y no se necesitan.