Un comunicado de prensa emitido por Sony Berlín informó ayer del fallecimiento de Florian Schneider, músico alemán y fundador de Kraftwerk a los 73 años, producto de un cáncer de corta duración. De acuerdo con The Guardian, su muerte se habría dado una semana atrás, y su sepelio tuvo lugar en una ceremonia de carácter privado. Junto con Ralf Hütter (quien confirmó la noticia a través de sus redes sociales) fundó Kraftwerk en 1970, agrupación que marcó su sello particular en el denominado krautrock, movimiento musical que surge como una respuesta a la música predominante por esos días en el país germano, que básicamente copiaba lo que hacían los Estados Unidos e Inglaterra y tuvo entre sus exponentes otras agrupaciones como Can, Neu! y Cluster. Tras unos inicios más parecidos al rock progresivo y con cambios de alineación que los redujeron al dúo conformado por Schneider y Hütter, los Kraftwerk pasaron a convertirse con la publicación del álbum Autobahn (Kling Klang, 1974) en una calculada propuesta donde el uso de los sintetizadores en formas hasta entonces impensadas y una estética sobria y contundente iban de la mano. Con ambos elementos creaban una alegoría de lo urbano y los avances tecnológicos, que profundizaron en sus trabajos posteriores hasta formar álbumes conceptuales alrededor de la comunicación, los trenes expresos, la robótica o la entonces emergente computación.
“Las librerías somos visibles por primera vez en la vida”: Yolanda Auza La posterior incorporación de Wolfgang Flür y Karl Bartos a la formación potenció las habilidades compositivas de la banda, llevando a una racha de LPs como Radio-Activity (1975), Trans-Europe Express (1977), The Man Machine (1978) y Computer World (EMI, 1981) que permitirán al entonces cuarteto conquistar el mercado europeo y ser asiduos invitados de diversos programas de televisión, compensando así la imposibilidad tecnológica del momento para presentarse en vivo. Pero también revelarían un rango de posibilidades hasta entonces inexplorado en la electrónica, y sirvieron particularmente como una baza fundamental en el synthpop que protagonizó los años ochenta. Su influencia (y la de Florian en particular) llegó al extremo de que David Bowie bautizó “V-2 Schneider” una de las canciones de su álbum Heroes (RCA, 1977) como homenaje a este. La publicación de Computer World, su primer álbum para la multinacional EMI, y el éxito en las listas británicas de su sencillo doble “Computer World/The Model” les permitió hacer su primera gira mundial tras casi una década presentándose únicamente en programas de televisión. Se presentaron en Europa (incluso en países de la “cortina de hierro” como Hungría y Polonia), Estados Unidos, Japón, Australia e India. Como muestra de que sus inquietudes por la tecnología continuaron, Kraftwerk grabó en 1983 el sencillo “Tour De France” que se usaría como banda sonora de la edición de la carrera ciclística de ese año, con la particularidad de que fue uno de los primeros usos comerciales del sampler (una especie de sintetizador que trabaja con sonidos grabados del exterior en vez de sonidos generados por sí mismo) a cargo de Florian Schneider, quien grabó ritmos cardíacos, sonidos de bicicletas y paisajes para ambientar el tema. Sin embargo, tras la publicación de Electric Café en 1988 no volvieron a grabar un LP formalmente nuevo, limitándose desde entonces a relanzamientos especiales de material inédito o de remezclas, decisión en parte fortalecida por la partida de Flür y Bartos a inicios de los noventa para emprender proyectos en solitario. Más tarde, Schneider abandonó Kraftwerk, en 2008, argumentando que se sentía cansado de dar presentaciones en vivo, dejando como última contribución musical la canción “Stop Plastic Pollution”, realizada especialmente para la causa ambiental Parley For The Oceans. Artistas como Jean-Michel Jarre, Orchestral Manoeuvres In The Dark manifestaron sus condolencias a través de las redes sociales, y recordaron el legado de Schneider y Kraftwerk al construir prácticamente por su cuenta los cimientos que hoy conocemos como música electrónica. Tony Allen, el beat de África en 5 canciones La cultura y el amor por la tierra: antídotos valiosos en tiempos de virus