Un aberrante caso de maltrato animal ocurrió en Armenia, Quindío, donde un menor de edad torturó a una tortuga pimpano. El joven le propinó 20 machetazos al animal y, no conforme, le sacó los ojos.

José Manuel Cortés, director general de la Corporación Autónoma Regional del Quindío (CQR), explicó que la tortuga tuvo que ser sometida a eutanasia, pues por la gravedad de las heridas no había forma de salvarla e iba a sufrir mucho antes de morir.

“No quedaba otra alternativa porque bajo esas condiciones no hay nada que hacer. Es lamentable y deplorable lo que sucedió”, manifestó Cortés.

El menor de edad responsable de torturar al animal fue aprehendido por la Policía justo en el momento cuando estaba cometiendo el delito. Las autoridades legalizaron la aprehensión y solicitaron a un juez una medida ejemplar.

“Se recibió el caso de que se encontraban unos jóvenes cazando y maltratando las tortugas del río. Fue así como personal se desplazó hasta allá y se observó a cinco jóvenes, uno de ellos tenía una tortuga encima de una piedra y la golpeaba con un arma tipo machete”, detalló el coronel Pedro Saavedra, comandante de la Policía del Quindío.

Matan a tortuga en Quindío. | Foto: Semana

Pese a las evidencias, un juez decidió dejar al joven, identificado como Brian Andrés, en libertad. Argumentó que por la edad no se podía sancionar con una pena mayor a seis años de cárcel, en su caso, ese tiempo lo debía pasar en un centro de reclusión de menores.

El comandante de la Policía en el Quindío hizo un llamado a los padres de familia para que sensibilicen a sus hijos y les enseñen la importancia de cuidar la fauna silvestre.

Desde hace unos años, la tortuga pimpano viene siendo amenazada por la deforestación en Colombia. Esta especie es considerada como la más grande presente en la zona Andina. Se caracteriza por su gran tamaño de cabeza, miembros y maxilar fuerte y ganchudo para agarrar a sus presas. Además, tiene una cola larga, un caparazón bien desarrollado y su plastrón reducido y cruciforme.

‘Cuello de botella’, el extraño fenómeno que amenaza con la vida de las tortugas sabaneras

Un estudio realizado por una investigadora de la Universidad Nacional (UNAL) y publicado en la agencia de Noticias Unimedios tomó en cuenta a cinco poblaciones de tortugas sabaneras de la Orinoquía, las cuales están experimentando un descenso significativo en su población.

Las tortugas sabaneras son importantes para el ambiente acuático. | Foto: Semana

Factores externos como alteraciones en el hábitat, la caza y el tráfico de la especie influyo en la reducción de sus individuos. A partir del estudio, se espera llevar a cabo mecanismos de conservación.

Diana Cárdenas, magíster en Ciencias - Biología de la UNAL, fue la encargada de estudiar a las cinco poblaciones de tortugas, ubicadas en las regiones de Ariporo (Casanare), Puerto López, San Martín y Villavicencio (Meta). Para la investigación, implementó herramientas moleculares para la evaluación genética, junto al apoyo del profesor Mario Ramírez, coordinador del Grupo Biodiversidad y Conservación Genérica del Instituto de Genética de la Universidad.

Se tomaron 124 muestras de sangre, las cuales, siendo analizadas, hicieron que los investigadores hallaran que esta especie está experimentando un fenómeno denominado como ‘Cuello de botella’, concepto que hace referencia al descenso drástico en la población.

Tortugas sabaneras. | Foto: Semana

La tortuga sabanera, conocida también como galapo llanero, no supera los 30 centímetros de longitud y su peso promedio es de cuatro kilogramos. Posee un caparazón liso y aplanado de color café, además de su hocico puntiagudo y unas manchas amarillas que sobresalen en su cabeza.

Se ubica principalmente en la región de la Orinoquia de Colombia y Venezuela. En el territorio nacional, habita en los ríos Arauca, Casanare, Meta, Bita, Guaviare y Vichada. Su hábitat en cuerpos de agua es importante porque aporta nutrientes al entorno.

“Las tortugas ingieren las semillas, y en su desplazamiento las van dispersando en diferentes ecosistemas a través de sus heces. Gracias a su dieta, incrementan el flujo de nutrientes en los ecosistemas acuáticos donde habitan. Por ser una especie antigua es un elemento importante del proceso evolutivo, siendo una representante vital de la biodiversidad del planeta”, explicó Cárdenas.