A pesar de las conversaciones adelantadas recientemente con el Ministerio de Transporte, muchos de los taxistas de la ciudad de Armenia mantienen su postura acerca de la participación en la jornada de paro nacional que está programada para el miércoles 9 de agosto.
Los puntos que mayor preocupación generan entre los integrantes de este gremio son la informalidad y el precio del combustible, ya que en la actualidad se hace insostenible el mercado para los profesionales del volante, quienes cada vez obtienen menos margen de ganancia.
Muchos de los líderes de la denominada mancha amarilla en la capital del Quindío critican que el Ministerio de Transporte no establezca una tasa diferencial para los taxis, puesto que así tendrían una ayuda fundamental para seguir desarrollando su actividad.
Recientemente, el Gobierno nacional llevó a cabo en Manizales una reunión con los taxistas, en la cual participaron muchos conductores y propietarios de vehículos de todo el país de manera virtual.
En esta se mostró la preocupación que existe en el gremio por la alta tasa de informalidad, así como por los elevados precios de los combustibles, pues desde hace casi un año se empezaron a registrar alzas que supuestamente serían de $200 cada mes, pero en realidad son de $600 por galón.
Esta situación tiene absolutamente asfixiados a muchos ciudadanos, y no solo a algunos pocos ricos como lo pretende hacer ver el presidente Petro en sus declaraciones, ya que los vehículos y motocicletas son una herramienta fundamental para los desplazamientos y el trabajo para millones de colombianos.
Lo peor es que el propio ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla González, anunció que esta tendencia al alza se mantendrá al menos en lo que resta del año 2023, para terminar con el déficit que tiene el Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (FEPC).
Ante este panorama, los taxistas manifiestan que el costo de la gasolina los deja prácticamente sin ganancias, debido a que no es viable aumentar las tarifas de las carreras porque esto solo contribuiría a un incremento de la informalidad.
Tampoco contribuyen en nada las propuestas desde un sector del Gobierno nacional, en las que se habla de utilizar obligatoriamente el transporte público en las horas pico, pues su capacidad no daría abasto para que se movilicen miles de personas de forma eficaz.
Aunque el precio de la gasolina por las nubes tiene en crisis al gremio de los taxistas, otra situación que hace peligrar seriamente su actividad es la proliferación de plataformas para el transporte informal con las que cada vez pierden más usuarios.
Es común ver en todas las ciudades de Colombia vehículos particulares prestando el servicio de transporte de pasajeros, incluso entre municipios, cobrando tarifas inferiores a las de los taxistas o las empresas legalmente constituidas.
A esto se suman las aplicaciones en las que motivan a las personas que poseen un carro o una motocicleta para que se dediquen a transportar pasajeros, invitándolos a afiliarse para que tengan un mayor volumen de viajeros a cambio de un porcentaje sobre los ingresos obtenidos.
El panorama es realmente complejo para los taxistas y el gremio transportador del país en general, ya que desde el Ministerio de Transporte su titular, William Camargo Triana, ha dicho que se deben recuperar los $50 billones que tiene de déficit el FEPC para realizar inversiones en obras sociales, salud o educación, por lo que es poco probable que les acepten un subsidio para tener precios especiales.
También está en su contra el hecho de que no todos los taxistas del país se quieran sumar al paro, ya que existen muchas divisiones al interior del gremio. Muestra de ello es lo manifestado en varios medios por el presidente de la Asociación de Propietarios y Conductores de Taxi, Hugo Ospina, quien ha dicho que esta convocatoria para las protestas solo obedece al afán de protagonismo por parte de sus organizadores.