1. Fin de la exploración petrolera
Petro fue claro durante la campaña en decir que una de sus primeras decisiones será suspender la exploración petrolera en Colombia. Argumenta que esto es esencial para iniciar la transición energética y asegura que al país le quedan aún reservas de petróleo para abastecerse durante 12 años.
Esto generaría un impacto grande para la nación, si se tiene en cuenta que los dividendos que le deja Ecopetrol al país son cercanos a los 8 billones de pesos, más los tributos que se reciben por renta petrolera, no solo en materia de utilidades, sino también por regalías, impuestos e inversión.
2. Revolcón a las pensiones
El presidente electo plantea todo un revolcón al sistema pensional, en el que se dará prioridad a Colpensiones. Indica que los colombianos deberán cotizar de manera obligatoria al sistema público hasta los cuatro salarios mínimos. A partir de ese monto hacia arriba, se podrá cotizar a los fondos privados.
Adicionalmente, anunció que tomará parte del flujo de dinero que aportarán los colombianos que llegan de los fondos privados a Colpensiones para entregar un bono de 500.000 pesos a los adultos mayores que no se alcancen a pensionar.
El nuevo primer mandatario propone el mismo modelo pensional que fracasó en Argentina. Sus críticos lo acusan de querer expropiar el ahorro pensional de los colombianos por sus controvertidas propuestas sobre los fondos privados.
3. Nuevo enfoque en salud
Una de las primeras reformas que hará Petro es la del sistema de salud. Buscará implementar un modelo único, sin regímenes contributivo y subsidiado, y que sea financiado por impuestos progresivos y cotizaciones equitativas.
Buscará un modelo de salud integral que priorice la promoción y la prevención. Esto es similar a lo que implementó en algunas localidades cuando fue alcalde de Bogotá, en las que el médico iba a los barrios y a las casas.
La idea es que los procedimientos médicos de los niveles 1 y 2 sean atendidos principalmente por la red pública de salud y en las intervenciones de mayor complejidad sí se involucre a las clínicas privadas.
4. Feroz oposición
Gustavo Petro enfrentará una de las más duras oposiciones en el Congreso de las que se tenga registro en los últimos años y la tendrá difícil para pasar sus reformas.
Las elecciones dejaron a los sectores de centroderecha con entre 52 y 55 curules en el Senado, conformadas por el Partido Conservador, el Centro Democrático, La U, Cambio Radical y los partidos cristianos. Esto corresponde al 50 % de esta corporación.
A ello debe sumarse que ante el maltrato que recibieron en campaña, los partidos de centro, agrupados en la Coalición de la Esperanza, seguramente no se alinearán con el nuevo Gobierno, sino que actuarán desde la independencia.
5. Desmantelamiento del narcotráfico
Durante la campaña, Gustavo Petro aseguró que buscaría un “desmantelamiento pacífico del narcotráfico”, que consiste en “procesos jurídicos de sometimiento colectivo a la justicia de los grupos criminales, lo que implica beneficios jurídicos a cambio de no repetición de la actividad narcotraficante, eso puede usted llamarlo una JEP para el narcotráfico”.
Incluso está dispuesto a que, como parte de este propósito, se revise la figura de la extradición con Estados Unidos. Petro tuvo varias polémicas en la campaña que tienen que ver con este frente. Quizá la más grave, las visitas de miembros de su campaña, Piedad Córdoba y su hermano Juan Fernando, a La Picota para hablar con los extraditables. Les habrían ofrecido no enviarlos a Estados Unidos a cambio de apoyo.
También ha sido uno de los mayores críticos de la Fuerza Pública y ha prometido acabar con el Esmad en caso de ganar.
6. Reforma tributaria
Una de las prioridades de Petro será tramitar una reforma tributaria que le permita recaudar 50 billones de pesos adicionales al año.
Esta propuesta incluye acabar con buena parte de las exenciones tributarias que hay en el país y que, según él, suman cerca de 3,5 % del PIB al año: 2,5 % en el caso de personas jurídicas y 1 % en el de personas naturales, “concentrado en las personas más ricas del país”.
También habló de aumentar los impuestos a los dividendos, que son las ganancias o beneficios que una compañía reparte entre sus accionistas.
“Los dividendos pagarán impuestos, al menos, en un porcentaje cercano al 70 %. Siempre deberán pagar impuestos independientemente de la manera en que se distribuyan o a quien distribuyan las utilidades de los accionistas”, indica el programa de gobierno con el que ganó.
Expertos han anticipado que sus propuestas en este frente podrían espantar inversión extranjera, golpear empresas, generar una estampida de capital, disparar el dólar y generar desempleo.
7. Estado empleador
En campaña, Petro anunció un robusto paquete de asistencia social. En el que está, por ejemplo, dar 500.000 pesos mensuales a un millón de mujeres madres cabeza de hogar con hijos en la primera infancia. Plantea ayudas para mejorar los créditos de vivienda con los que millones de colombianos acceden a techo propio
De hecho, menciona que impulsará la legalización de los barrios que las familias han autogestionado. Pero uno de los programas más ambiciosos y novedosos es en el que señala que el Estado será empleador de última instancia de las personas que no encuentren trabajo en las empresas privadas y públicas, así que les pagará un salario mínimo por sus labores en obras y demás trabajos cerca de sus casas. Aún no está claro el costo que esto tendría.
8. Foco en el cambio climático
Una de las bases de un gobierno de Gustavo Petro será la protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático. No es gratuito que su vicepresidenta sea Francia Márquez, quien ganó el Goldman Environmental Prize en 2018, que es equivalente a un Nobel de medioambiente.
En este aspecto, se plantea desarrollar el Sistema Nacional Ambiental en defensa de la vida, con el que buscará incorporar a diferentes sectores de la sociedad en la planificación y las decisiones ambientales y la diversidad cultural.
También ha dicho que promulgará un cambio en la distribución de la tierra y los métodos con los que se hace la ganadería, y le dará un impulso a la energía solar, así como a las fuentes renovables basadas en los potenciales disponibles en cada región.
9. Relaciones con Venezuela
En materia de relaciones internacionales, el cambio más drástico frente a la administración de Iván Duque será el restablecimiento de relaciones en el ámbito consular y diplomático con el régimen de Nicolás Maduro. La idea es lograr, en el mediano plazo, la apertura total de la frontera con el país vecino.
Eso sí, no está claro qué ocurrirá con la protección que brinda la administración de Maduro a los grupos al margen de la ley que delinquen en Colombia y que, de inmediato, pasan la frontera para evitar a las autoridades.
10. Choque institucional
Gustavo Petro seguramente enfrentará en sus primeros meses de mandato un duro choque con algunas de las instituciones clave para el sistema democrático.
Una de ellas es el Ejército, fuerza a la que criticó y maltrató durante la campaña y en la que, tal como lo publicó SEMANA hace algunos días, hay malestar por la llegada del líder de izquierda a la Casa de Nariño.
Algunos miembros de la tropa no olvidan que el nuevo presidente los ha acusado de bombardear menores y de supuestamente haber hecho pasar civiles como guerrilleros muertos en combate. Tampoco llega en buenos términos con la Procuraduría, organismo al que señaló de haber ejecutado un “golpe de Estado” con la suspensión del alcalde de Medellín, Daniel Quintero.
Lo mismo ocurre con la Fiscalía General de la Nación, entidad clave en la lucha contra el crimen. Petro ha sido crítico de la gestión de Francisco Barbosa como fiscal general.
Quizás el miedo más grande que genera Gustavo Petro es que quiera perpetuarse en el poder, como han intentado tantos líderes de la izquierda latinoamericana como Evo Morales, Nicolás Maduro y Rafael Correa a la cabeza. Petro dejó saber que se necesitan tres gobiernos para implementar las propuestas del Pacto Histórico.
Así mismo, existe el temor de que se cambie la constitución, como sucedió en Chile con el triunfo de Boric. La carta magna de los colombianos de 1991 es muy garantista y a juicio de casi la totalidad de los expertos, cambiarla sería un peligro y un retroceso. En 2018, ya había hablado de constituyente y muchos creen que como presidente podría volver a alzar esa bandera.