Las autoridades buscan a un hombre que atacó por la espalda con una patada voladora a una mujer integrante del Esmad. El director de seguridad ciudadana de la Policía, general Carlos Rodríguez, calificó este hecho como cobarde. “Estamos esperando que se recupere de las lesiones para llevarla a Medicina Legal para que expida la respectiva incapacidad”, dijo el oficial.

De igual manera indicó que durante la jornada de movilizaciones del 20 de julio, en la que participaron cerca de 40.000 personas a nivel país, fue necesaria la intervención del Esmad en más de 50 oportunidades en ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, Pasto y Popayán donde se presentaron brotes de violencia. Indicó que durante la jornada 93 uniformados resultaron lesionados.

Para el caso de Bogotá, uno de los sitios donde se presentaron mayores disturbios durante varias horas fue el Portal Américas. En el sitio se logró observar cómo integrantes de la guardia indígena y encapuchados atacaron a la fuerza pública con machetes, caucheras y hasta hachas.

La jornada en la zona se desarrollaba con completa calma hasta las cuatro de la tarde, cuando manifestantes que estaban en la plazoleta del Tintal se encontraron con quienes estaban en el Portal Américas.

Y aunque integrantes de la guardia indígena hicieron el intento para alejar lo más posible a la policía y ellos encargarse de la seguridad en la zona para evitar provocaciones de los manifestantes contra los uniformados, un grupo minoritario de encapuchados inició las agresiones contra la policía, ocasionando que la manifestación pacífica desapareciera por completo.

Los policías de la fuerza disponible que estaban en el lugar fueron agredidos y arrinconados por los encapuchados hasta obligarlos a meterse dentro del portal, ante la compleja situación, el Esmad que se encontraba dentro de las instalaciones salió en defensa de los policías.

Con bombas aturdidoras y gases lacrimógenos respondieron los uniformados.

A partir de ese momento los enfrentamientos en el portal y los barrios aledaños al portal se prologaron por varias horas. Los integrantes del Esmad hicieron uso al máximo de sus capacidades para enfrentarse con los manifestantes, tanquetas, balas de goma, gases, aturdidoras, chorros de agua.

Mientras que por parte de los manifestantes las armas fueron ladrillos, piedras, palos, bombas incendiarias, caucheras y demás elementos con los que buscaban causar daños a los uniformados.

Las confrontaciones se dieron en medio de las fuertes declaraciones que habían dado en días anteriores funcionarios del gobierno nacional y de la fuerza pública, en donde acusaban a la guerrilla del ELN, disidencias de las Farc y el Clan del Golfo de querer infiltrar las movilizaciones con actos violentos.

Incluso, el director de la Policía, el general Jorge Vargas, indicó que el Comando Central del ELN había ordenado girar recursos para que se cometiera ataques contra la fuerza pública.

A su turno el ministro de Defensa, Diego Molano, durante la celebración del 20 de julio en la escuela militar de cadetes José María Córdova, había indicado que la fuerza pública no iba a permitir el bloqueo de vías ni los campamentos permanentes en medio de las movilizaciones.

Dijo que para ellos se había acordado con las diferentes autoridades departamentales y municipales de las principales ciudades adoptar planes de seguridad para evitar el accionar de los violentos.

De acuerdo con Molano, se garantizaría la protesta pacífica pero al más mínimo brote de violencia las autoridades tenían la orden de actuar y restablecer el orden público, para evitar el bloqueo de vías que se vivió en el país y que generó una fuerte polémica.