La Gobernación del Meta recientemente confirmó una masacre que tuvo lugar en la vereda de Puerto Triunfo, zona rural del municipio Puerto Gaitán. Este incidente dejó sin vida a tres hombres jóvenes.
Los hoy occisos fueron identificados como Juan Felipe Sarmiento Cárdenas, Anghello Stuart Marmolejo Martínez y Gerson Stiven Fandiño Martínez, todos colombianos. Según la versión preliminar de los hechos, sobre la medianoche en un sector de una invasión se escucharon unos disparos.
Residentes de la zona se acercaron a indagar qué ocurría, pero solo encontraron los tres cuerpos sin vida con impactos por arma de fuego.
De acuerdo con las autoridades, en este territorio tiene presencia el Grupo Armado Organizado (GAO) Frente 39 Arcesio Niño, quienes podrían ser los presuntos responsables. Esta es la segunda masacre reportada en las últimas horas.
Pues en la madrugada de este miércoles se registró una masacre en el municipio de Orito, departamento de Putumayo, que dejó cinco jóvenes fallecidos tras ser atacados a bala.
El hecho se presentó en la noche del martes al interior de una vivienda ubicada en el barrio La Esperanza, hasta donde llegaron al menos cuatro hombres armados y empezaron a disparar en el lugar de manera indiscriminada contra los presentes. En medio del hecho, una persona también resultó gravemente herida, quien fue trasladada de urgencia al hospital del municipio de Orito.
Luego, al sitio arribaron las autoridades para llevar a cabo el levantamiento de los cuerpos y dar apertura a una investigación que permita ubicar a los responsables de esta nueva masacre en ese departamento.
El general Tito Castellanos, jefe nacional del servicio de Policía, indicó que se investigan las circunstancias de tiempo, modo y lugar sobre el crimen de cinco personas en Orito, Putumayo. Dijo el oficial que se está ofreciendo una recompensa de hasta 40 millones de pesos por los autores de estos crímenes.
Sobre la hipótesis, añadió que, “los supuestos se encontraban en una zona semi rural entre la vereda 70 y Orito, supuestamente puede ser un llamado de atención por consumo de estupefacientes u otras actividades delincuenciales”.
Cadáveres de una masacre en el Chocó están en la montaña hace 26 días
Las comunidades indígenas del Chocó denunciaron que los cadáveres de siete personas que murieron en combates entre organizaciones delincuenciales el 18 de noviembre no han sido inspeccionados por las autoridades judiciales. Los cuerpos siguen tendidos sobre las montañas donde fueron asesinados, en su mayoría, con armas de fuego.
Esa información fue confirmada por el alcalde del municipio de Alto Baudó, Ulises Palacios Palacios, zona donde ocurrió la masacre que protagonizaron los bandos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y los brazos armados de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, como también se hace llamar el grupo que comandó alias Otoniel.
La lucha por el control territorial desató la furia de las dos organizaciones: rutas, minería y cocaína. Las balas se lanzaron ese viernes en medio de los resguardos indígenas de esta localidad del Chocó, quienes están sometidos desde hace más de un año a confinamientos extensos por las intimidaciones de los actores armados que delinquen en el territorio.
Aunque tradicionalmente los habitantes de la zona rural de este departamento se han tomado el atrevimiento de sepultar a los muertos, hoy hay temor de agarrar los cadáveres a razón de que el grupo contrario del difunto los califica de colaboradores. Sobre la mesa también hay otras aterradoras preocupaciones por las que los civiles no los evacúan.
A la zona tampoco se atreven a ingresar las unidades de la Fiscalía General de la Nación y la Cruz Roja dado que las condiciones de seguridad no están dadas. Constantemente las organizaciones delincuenciales se están lanzando balas, frenando la movilidad de los habitantes a través de toques de queda e imponiendo otra clase de normas.