Según Indepaz, el Instituto para el Desarrollo y la Paz, son 137 los líderes sociales y defensores de derechos humanos asesinados, solo en lo corrido de 2024, cuando la promesa del Gobierno del presidente Gustavo Petro era cero. El pasado 21 de abril, en Santa Rosa, Bolívar, fue asesinado de manera brutal, Narciso Beleño Belaides, presidente de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar.
Los responsables de su asesinato son los cabecillas del Clan del Golfo, que de forma repetida manifiestan su intención de alcanzar un proceso de paz, como lo hizo Iván Mordisco y como lo prometió el ELN, pero todos asesinando militares, policías y niños. La Fiscalía logró la identificación de los asesinos y además confirmó que lo mataron por su labor social.
“De acuerdo con la investigación, la víctima ingresaba al parqueadero de su vivienda y fue atacada por hombres armados que le dispararon en siete oportunidades. Previamente, el líder social había recibido varios panfletos amenazantes a nombre del ‘Clan del Golfo’, en los que lo cuestionaban por la labor que ejercía como presidente de la Federación Agrominera del Sur de Bolívar (Agromisbol)”, señaló la Fiscalía.
Los capturados fueron identificados como Nicolás Giraldo Quintero, alias Cartago; Juan Carlos Castaño Cardona, alias Calvo o Paisa; Nelson Fernando Gutiérrez Arismendi, alias Malito o Matón; y Yenifer Barragán Correa. Todos fueron presentados ante un juez de control de garantías para imputar cargos por homicidio agravado.
“La Fiscalía General de la Nación obtuvo material probatorio que da cuenta de la presunta participación de cuatro señalados integrantes de la estructura Arístides Manuel Meza Páez del ‘Clan del Golfo’, en el crimen del líder social Narciso Beleño Belaides, registrado el pasado 21 de abril, en Santa Rosa (Bolívar)”, explicó el ente acusador tras concluir las audiencias.
El líder social fue atacado de manera brutal por los integrantes del Clan del Golfo. Llegaron hasta su casa y le dispararon en siete oportunidades, con la certeza de acabar con su vida, solo por cumplir la labor social que desempeñaba en la asociación que lideraba y que le valió constantes amenazas, advertidas a las autoridades, pero que no sirvieron de nada. Lo buscaron, lo encontraron y lo mataron.
“Ante un juez de control de garantías, un fiscal de la Unidad Especial de Investigación (UEI) imputó a estas personas los delitos de homicidio agravado; fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones; y concierto para delinquir. Alias Malito o Matón aceptó los cargos”, señaló la Fiscalía luego de las audiencias preliminares.
La contundencia de material probatorio y la aceptación de cargos de uno de los capturados, permitió que un juez dictara una medida de aseguramiento en centro carcelario en contra de los detenidos, por considerar que representan un peligro para la sociedad y que deben estar en una cárcel mientras avanza el proceso en su contra.