Mientras la Fiscalía notificaba a Julián Valente Ortegón de una orden de captura, quien lo acompañaba en el vehículo y en la noche que fue asesinada Ana María Castro, se convirtió en prófugo de la justicia.
La Fiscalía presentó a Ortegón ante un juez de control de garantías para imputar el delito de feminicidio agravado en una diligencia que además sirvió para exponer el material probatorio en su contra y algunos antecedentes que lo dejaron como un reincidente en delitos relacionados con violencia contra las mujeres.
La juez escuchó los argumentos de la Fiscalía para insistir en la medida de aseguramiento en centro carcelario y la defensa, para oponerse. Al final, el resultado fue la orden para enviar a Julián Valente Ortegón a una cárcel como presunto autor del delito de feminicidio agravado en contra de Ana María Castro. La defensa presentó recurso de apelación.
El abogado de Ortegón aseguró que no es cierto que su cliente represente un peligro para la sociedad, incluso dijo que los elementos de prueba de la Fiscalía sobre denuncias posteriores de violencia contra la mujer, fueron eventos aislados o propios de “peleas” de pareja por situaciones de celos.
El defensor insistió en que Ortegón debe estar en libertad, pues tampoco existe riesgo de fuga, al contrario que su cliente estuvo pendiente de la investigación y asistiendo a las citaciones que se programaron en el marco del proceso. Para el abogado enviar a Ortegón a una cárcel es una sentencia en contra de su vida, dadas “las condiciones” del sistema carcelario en Colombia.
“Labores de policía judicial demuestran que Ana María habría sido golpeada en el rostro y lanzada fuera del automóvil en la calle 80 con 69 P. La joven fue trasladada al Hospital de Engativá, en el noroccidente de Bogotá, y luego al Hospital Simón Bolívar donde murió a raíz de un trauma craneoencefálico producto de los golpes recibidos al caer, según el dictamen médico legal”, reveló el fiscal del caso en las audiencias de imputación contra el primer capturado en este caso.
En las últimas horas se conocieron las pruebas que vincularon de manera directa a Julián Valente Ortegón con el feminicidio que dejó como víctima a Ana María Castro, entre otras la declaración de un conductor que observó cómo del vehículo en el que viajaba Ortegón, Ana María y otro hombre, que ya tiene orden de captura, fue lanzada una persona que terminó en el suelo y como “un muñeco”.
Otras pruebas que la Fiscalía presentó para pedir la medida de aseguramiento fueron nuevos casos de violencia contra la mujer que dejaron más víctimas y que señalaban al ahora judicializado como responsable de las agresiones. Una mujer que denunció cómo Ortegón no solo la atacaba, torturaba y amenazaba, sino que la robaba.
“Yo tuve un año y medio de relación con esta persona, tiempo en que sufrí maltrato físico y en una oportunidad Julián me amenazó con un arma blanca diciendo que me iba a cortar los dedos sino le mostraba mi celular… siento miedo por mi seguridad, por mi salud, hace 15 días me revisó el bolso y mis pertenencias. Buscaba ropa, luego se encerró en mi habitación, me robó un anillo y 200.000 pesos, hasta me dijo que deseaba verme muerta como estaba Ana María”, señala la denuncia de la víctima.
Aún con la apelación de la defensa, Julián Valente Ortegón, será enviado a una cárcel, quedará a órdenes del Inpec para que definan cuál será su sitio de reclusión mientras se resuelve esa apelación en la segunda instancia.